Miles de personas volvieron ayer a tomar las calles de las principales ciudades de Birmania en una nueva jornada de protesta contra el golpe de Estado de la junta militar y contra la violencia policial. En Rangún, la manifestación más concurrida fue la de los grupos étnicos minoritarios, que además de exigir el fin del régimen militar y la liberación de los presos políticos, piden una república federal y el fin de la constitución vigente, aprobada en 2008. En la imagen, monjes budistas protestas contra el golpe frente a la Embajada de Tailandia en Rangún.