- Las peticiones de sanciones internacionales a Rusia que realiza el organismo anticorrupción creado en 2011 por el líder opositor Alexéi Navalni, el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), serán tratadas como delito, algo que no ocurría hasta ahora desde el punto de vista legal, anunció ayer el Kremlin.

“Legalmente esto todavía no es una contravención, pero en el Parlamento fue anunciada una iniciativa que contemplaría estas acciones como un delito”, aseveró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Se refería a las solicitudes de los seguidores de Navalni formuladas a EEUU y la Unión Europea (UE) en los últimos días para que impongan nuevas sanciones a altos funcionarios rusos y el círculo cercano del presidente Vladímir Putin, al que Navalni acusa de haber ordenado su envenenamiento en agosto pasado.

Peskov defendió que la propuesta, que la estudiará el Consejo de la Duma rusa (Cámara Baja del Parlamento) es una “iniciativa demandada” que contará “con gran apoyo”.

A finales de enero el FBK envió una carta al presidente de EEUU, Joe Biden, en la que pedía sancionar a empresarios, a “violadores de los derechos humanos” y a personas “implicadas en el acoso a Navalni”.

Posteriormente, el 3 de febrero, el fondo envió la misma solicitud a las autoridades europeas. La lista negra incluye a 35 personas, entre las cuales están los multimillonarios Román Abramovich y Alisher Usmánov, el director del Primer canal de la televisión rusa, Konstantín Ernst, el presidente del Comité de Investigaciones ruso, Alexandr Bastrikin, y el jefe del FSB, Alexandr Bórtnikov.

La oposición rusa lanzó una campaña de protestas sin precedentes en apoyo a Navalni, quien fue condenado a cumplir una pena de cárcel de tres años y medio al hacerse efectiva una sentencia suspendida de 2014, calificada de arbitraria por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Aunque el equipo de Navalni anunció que no habrá más protestas hasta la primavera boreal, uno de los principales asesores de Navalni, Leonid Volkov, ha convocado a los vecinos de las grandes ciudades para que este domingo a las 20.00 horas se asomen a la ventana y agiten el teléfono móvil con la linterna encendida durante 15 minutos, en una especie de flashmob multitudinario, un formato en el que pretenden sortear las amenazas del Kremlin.

El portavoz del Kremlin evitó comentar esta propuesta en su comparecencia y no se aventuró a calificarla de llamamiento a participar en las protestas, pero reiteró que cualquier intento de violar la ley será abortado por la Policía. “No vamos a jugar con nadie al gato y el ratón, pero nuestros agentes del orden harán responder a quienes violen las leyes”, zanjó.