-El Inspector General del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Michael Horowitz, anunció ayer que abrirá una investigación sobre una presunta implicación por parte de altos cargos de la Administración del expresidente Trump en un supuesto “intento indebido” de anular la victoria del actual presidente, Joe Biden, en las elecciones del 3 de noviembre.

El anuncio se produce poco después de que varios medios estadounidenses informaran de que el magnate neoyorquino habría tratado de utilizar al Departamento de Justicia para obstaculizar la ratificación de la victoria de Biden, una idea que implicaba, presuntamente, el cese del entonces fiscal general interino, Jeffery Rosen, tal y como ha informado la cadena CNN.

Con este movimiento, señala el diario The Wall Street Journal, Trump tenía previsto sacar adelante sus acusaciones de fraude electoral contra Biden y el Partido Demócrata. Así, su intención era lograr que el Departamento pidiera al Supremo que “invalidara” su victoria.

Según The New York Times, Jeffrey Clark, abogado del Departamento, habría tratado de convencer a Trump a principios de enero para despedir a Rosen y tratar de anular los resultados electorales del estado de Georgia. Clark se habría reunido con Rosen, al que aseguró que la idea de Trump era sustituirle en el cargo. Sin embargo, Rosen pidió reunirse directamente con el presidente para abordar el asunto.

Tras conocer la noticia, el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, instó a Horowitz a abrir una investigación al respecto, si bien matizó que es “inconcebible que un alto cargo del Departamento de Justicia haya conspirado para subvertir la voluntad del pueblo”.

Además, el presidente Joe Biden calificó el asalto al Capitolio del día 6 de enero de “terrorismo doméstico” y una de las primeras medidas que ha tomado tras asumir el poder ha sido encargar una evaluación a fondo del problema. En una muestra de la relevancia que da al problema, la responsabilidad recaerá en el Departamento de Seguridad Nacional y el FBI, que realizarán sus propias investigaciones y se apoyarán también en el trabajo de organizaciones no gubernamentales, explicó la secretaria de Prensa, Jen Psaki.

“El asalto al Capitolio y las trágicas muertes y destrucción que sucedieron subrayan lo que hemos sabido hace tiempo: el auge del extremismo doméstico violento es una grave y creciente amenaza para la seguridad nacional”, afirmó Psaki. A partir de esa evaluación, el Consejo de Seguridad Nacional desarrollará medidas para prevenir la radicalización y desmantelar redes de extremismo violento. “La administración Biden va a afrontar esta amenaza con determinación y con los recursos que sean necesarios”, recalcó.

Según La Vanguardia, la implicación de Seguridad Nacional, una agencia federal creada a raíz de los atentados del 11 de septiembre del 2001, refleja un giro en la estrategia antiterrorista de EEUU para centrar la atención en la violencia generada en el interior del país. Expertos en terrorismo consideran el asalto la culminación de años de radicalización de ciertos sectores de la sociedad estadounidense.

Además de individuos con camisetas con lemas antisemitas y banderas de las cruzadas y QAnon (la última gran plataforma conspirativa, que sostiene que Trump luchaba contra una red de pederastia dirigida por los demócratas y estrellas de Hollywood), entre los insurgentes había miembros de grupos de extrema derecha y supremacismo blanco. Decenas de ellos estaban ya en las bases de datos de alertas terroristas del FBI, según una investigación de The Washington Post .

Escrutinio de Georgia. Según The New York Times, tras la renuncia del fiscal general William Barr, Trump intentó destituir a Jeffrey Rosen, que había pasado a desempeñar el cargo en funciones, por sus reticencias a rechazar los resultados de Georgia, como él quería. En la trama estaba implicado el responsable de la División Civil de Justicia, Jeffrey Clark, quien apoyó las denuncias infundadas de fraude del gobernante y supuestamente intentó evitar que el Congreso certificase los resultados a favor de Biden. Según el diario, Rosen se mostró reacio y le había dicho a Clark que quería escuchar de boca de Trump las instrucciones de rechazar los resultados de Georgia.