El avión en el que viajaba el líder opositor ruso Alexéi Navalni, sobre quien pesa en Rusia una orden de busca y captura, aterrizó hoy en el aeropuerto moscovita de Sheremétievo, cuando se le esperaba en el de Vnúkoko en medio de un fuerte dispositivo policial.

El vuelo DP936, procedente de Berlín, llevó a Navalni de regreso a Moscú después de casi cinco meses de tratamiento médico en Alemania tras su envenenamiento en Siberia con una sustancia tóxica militar prohibida, del que responsabiliza al presidente ruso, Vladímir Putin.

El vuelo de la aerolínea rusa despegó con algo de retraso sobre el horario previsto procedente de la terminal 5 del aeropuerto Berlín-Brandeburgo, destinada a vuelos de bajo coste. En los accesos se habían apostado grupos de seguidores del líder opositor, con pancartas de apoyo y frases hostiles a Putin, en medio de un notable despliegue mediático. La policía alemana había acordonado la zona y sólo se autorizaba la entrada en la terminal a los pasajeros.

Preguntado por un periodista que viajaba en el mismo avión rumbo a Rusia sobre si temía regresar a su país con un "¿Por qué iba a tener miedo en Rusia". "Volamos a casa", escribió a continuación en su cuenta en Twitter.

Mucho más compleja era la situación en las inmediaciones del aeropuerto moscovita de Vnúkovo, ya que la Fiscalía de Moscú había advertido de que emprendería acciones contra cualquiera que pretenda realizar "actividades políticas no autorizadas".

Dicho y hecho. Varios colaboradores de Navalni, entre ellos su hermano, Oleg, fueron detenidos hoy en el aeropuerto de Vnúkovo, mientras esperaban su llegada. Además de Oleg Navalni, fueron detenidos Luibov Sóbol y Ruslán Shaveddínov, colaboradores del Fondo de Lucha contra la Corrupción, y otros dos activistas de la organización fundada por el líder opositor, comunicó OVD-Info, una plataforma de defensa de derechos humanos.

También una persona que portaba una gran bandera de Rusia fue detenida por la policía cuando se acercó a los periodistas que, en gran número, esperan la llegada de Navalni.

La expectación es enorme después de que Navalni anunciara a mediados de esta semana su intención de regresar a su país, ya restablecido del intento de envenenamiento con una sustancia tóxica de la clase Novichok, que le provocó un colapso durante un vuelo por Siberia y por el que tuvo que ser trasladado a Alemania.