- La seguridad del Capitolio de Estados Unidos quedó ayer en entredicho después de que una horda de seguidores del presidente saliente del país, Donald Trump, irrumpiera en el emblemático edificio para impedir así la certificación de los votos y la ratificación de la victoria de Joe Biden en las elecciones del 3 de noviembre.

Los incidentes, que se saldaron con cuatro muertos y decenas de detenidos, han hecho saltar las alarmas en la capital del país, donde congresistas, políticos y expertos se mostraron incrédulos ante la aparentemente poca seguridad desplegada en torno al Capitolio de cara a una jornada de especial relevancia.

Si bien las fuerzas de seguridad apuntaron la semana pasada a un detallado plan para mantener a salvo el Congreso mientras se certificaba la victoria de Biden, lo sucedido el miércoles por la noche fue calificado por muchos como un “fracaso” policial.

Para la mayoría es un misterio cómo los casi 2.000 agentes del Capitolio -que cuentan con una financiación de 515,5 millones de dólares (420 millones de euros)- no pudieron proteger el Congreso. Es por ello que Tim Ryan, encargado de supervisar la financiación destinada a la Policía del Capitolio sugirió que habrá cambios en la jefatura de la Policía. “Mucha gente se va a quedar sin trabajo muy pronto por culpa de este asalto embarazoso”, matizó.

La Guardia Nacional decidió desplegar a otros 6.200 efectivos en Washington para ayudar a los agentes sobre el terreno.

Está previsto que desde el estado de Nueva York lleguen 1.000 efectivos, mientras que Maryland y Nueva Jersey enviarán a unos 500 cada uno, según el Departamento de Defensa, que señalan que otros estados, como Pensilvania, Delaware y Virginia también enviarán efectivos.

Así, permanecerán en Washington durante un plazo de 30 días para garantizar la seguridad del Capitolio y el área colindante más allá del 20 de enero, fecha de la toma de posesión de Biden. Anteriormente y en respuesta al asalto al Capitolio, la Guardia Nacional había desplegado 1.100 efectivos.