- El papa Francisco instó a quienes tienen responsabilidades a que se garantice la vacuna a todos “sobre todo a los más vulnerables”, en su mensaje de Navidad, este año pronunciado en el interior de la basílica de San Pedro y sin fieles presentes por la emergencia pandémica del coronavirus.

“En este tiempo de oscuridad e incertidumbres aparecen luces de esperanza como la de las vacunas, pero para que estas luces lleven esperanza al mundo entero tienen que estar a disposición de todos”, dijo Francisco.

Y denunció: “No se puede esperar que los nacionalismo cerrados nos impidan vivir como la verdadera familia humana que somos. No podemos dejar que el virus del individualismo radical gane y nos deje indiferentes al sufrimiento de los otros hermanos”.

“No podemos ponernos los primeros antes que los otros. No pueden las leyes de mercado y las patentes estar sobre la ley del amor y de la salud de la humanidad”, agregó. Ante ello, pido a los responsables de los Estados, a los organismos internacionales y a las empresas, “proponer la cooperación y no la competencia, y buscar una solución para todos. Vacunas para todos. Especialmente para los mas vulnerables y más necesitados del planeta”.

Comenzó afirmando que “en este momento de la historia, marcado por la crisis ecológica y por los graves desequilibrios económicos y sociales, agravados por la pandemia del coronavirus, necesitamos más que nunca la fraternidad”.

Igualmente pidió cercanía con todas “las mujeres que en estos meses de confinamiento han sufrido violencia doméstica”.

Francisco instó a que “en el día en que la Palabra de Dios se hace niño”, se vuelva a recordar a tantos niños que sufren en el mundo, “especialmente en Siria, Irak y Yemen, están pagando todavía el alto precio de la guerra”. Rogó para que sea el momento en el “que disuelvan las tensiones en todo Oriente Medio y en el Mediterráneo oriental”.

Así como pidió el “compromiso de la comunidad internacional y de los países involucrados de mantener el cese del fuego en el Alto Karabaj, como también en las regiones orientales de Ucrania”. El papa requirió “esperanza para el continente americano, particularmente afectado por el coronavirus, lo que ha exacerbado sus numerosos sufrimientos que lo oprimen, a menudo agravados por las consecuencias de la corrupción y el narcotráfico”. Y rogó para que ponga fin “al sufrimiento del pueblo venezolano”.