- La tensión en la noche electoral podía cortarse con un cuchillo en Estados Unidos, pero no hubo altercados destacables. Es más, los opositores al presidente Donald Trump decidieron salir a la calle en un claro acto de insumisión ante las amenazas del caldo de cultivo de violencia que había cocinado el mandatario en las jornadas previas. El candidato republicano había alentado a grupos supremacistas a “vigilar” los centros electorales ante un supuesto “fraude” que no tardó en denunciar de nuevo en cuanto los recuentos comenzaron a dar un vuelco y volverse contra él.

Las calles no han permanecido ajenas a la polarización política, especialmente después de la agitación que Estados Unidos vivió durante semanas en medio de las protestas raciales. En Washington, donde centenares de personas aguardaron en los alrededores de la Casa Blanca hasta altas horas de la noche del martes por las primeras proyecciones de la votación, amaneció lista para marchar. “Sin odio, sin miedo, cada voto cuenta aquí”, coreaba un nutrido grupo de personas cuyo recorrido obligó a interrumpir el tránsito por distintas arterias de la ciudad.

En medio del bullicioso recorrido, los gritos también recordaron las consignas que se escucharon en las semanas siguientes a la muerte, en mayo pasado, del afroamericano George Floyd, asesinado por un policía blanco. “Sin justicia no hay paz”, “Di su nombre” o ”Retiren los fondos a la Policía”, repetían.

Con la mayoría de las tiendas en la comercial 5ª avenida de Manhattan acorazadas con paneles de madera, Nueva York se preparaba también ayer para nuevas movilizaciones. Hasta nueve manifestaciones con lemas como “Rechaza el fascismo” o “No dejemos que Trump robe las elecciones” fueron convocadas para la tarde de ayer en los distritos de Brooklyn, Manhattan y Queens.

Estas protestas han sido organizadas por grupos de izquierda que también lideraron las movilizaciones antirracistas y contra la brutalidad policial los pasados meses de mayo y junio bajo el eslogan Black Lives Matter. También en Los Ángeles, después de que el martes se dieran solo unas pequeñas protestas sin mayor eco ni incidentes reseñables, el movimiento antirracista convocó para la tarde una concentración en el centro de la ciudad californiana para decir adiós a la fiscal del condado angelino, Jackie Lacey

Lacey fue la primera mujer y la primera persona afroamericana en liderar la Fiscalía del condado de Los Ángeles, pero ha sido muy criticada por activistas negros debido a su presunta inacción a la hora de investigar los casos sospechosos de brutalidad policial. Aunque todavía no se ha dado un resultado oficial, Lacey se encuentra en desventaja frente al latino George Gascón, exfiscal de San Francisco y que promete una reforma progresista para la justicia en el condado de Los Ángeles. Los recuentos preliminares indicaban que Gascón ha alcanzado el 53,8% de los votos, frente al 46,1% de Lacey, lo que representa una ventaja de unos 211.000 votos, según el diario Los Angeles Times.

Y mientras Michigan se convirtió en el segundo estado, después de Wisconsin, donde la campaña de reelección de Trump ha presentado una demanda ante un tribunal para exigir que se detenga el recuento de votos, los manifestantes se preparaban para salir en las localidades de Ferndale, Brighton, Ann Arbor, Lansing y Grand Rapids. En Detroit, la gran ciudad de Michigan y antiguo centro mundial de la industria automotriz, las redes sociales reportaron una pequeña marcha este jueves.

Por otra parte, en previsión de cualquier alteración del orden público, la gobernadora de Oregón, Kate Brown, extendió hasta mañana la vigencia en la ciudad de Portland de un plan para evitar actos de violencia y garantizar el derecho a la libertad de expresión mientras se desarrolla el recuento de votos.

Portland fue escenario en semanas pasadas de marchas organizadas por el grupo de extrema derecha Proud boys (Chicos orgullosos, en inglés), al que el mandatario estadounidense pidió en septiembre pasado que “diera un paso atrás y permaneciera preparado, ante posibles disturbios raciales y activistas del movimiento Black Lives Matter.

Concentración con armas. Más de 800 personas se concentraron en Portland, algunas de ellas aparentemente con armas, en un acto de continuación de las protestas que se registran diariamente desde la muerte de George Floyd, según informó el departamento de Policía local.

Enfrentamientos. En Carolina del Norte, en concreto en la ciudad de Graham, el foco de las tensiones fue un monumento en honor a los fallecidos del bando confederado de la Guerra Civil, junto al que se reunieron detractores de este homenaje que se enfrentaron en un momento con seguidores de Trump.