El país de los Andes consultará el domingo a su ciudadanía sobre la elaboración de una nueva Constitución para Chile. Así, se abre paso la posibilidad de dejar atrás la actual Carta Magna, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), reformada decenas de veces y considerada el origen de muchas de las desigualdades que sufre el país, por haber privatizado servicios como la sanidad, las pensiones o los recursos hídricos, ya que la Carta considera el agua un “bien privado”.