- Rusia intensificó ayer los esfuerzos para salvar el alto el fuego humanitario entre Armenia y Azerbaiyán en Nagorno Karabaj, tras constatar que se está incumpliendo desde el mismo momento de su entrada en vigor el pasado sábado. “El acuerdo no está siendo plenamente implementado”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, al reunirse hoy en Moscú con su homólogo armenio, Zohrab Mnatskanián.

La cita con Mnatskanián se produjo en un momento especialmente delicado tras alcanzar este la madrugada del sábado con su homólogo azerbaiyano, Jeihun Bayrámov, un acuerdo para intercambiar prisioneros de guerra y cuerpos de soldados caídos, y reanudar el proceso de paz.

“Esperamos que las decisiones tomadas sean implementadas estrictamente por ambas partes”, sostuvo Lavrov, quien ayudó a los ministros a alcanzar acuerdo tras diez horas de negociación.

El jefe de la diplomacia rusa se mostró confiado en que la reunión no fue en vano y que se podrá “cambiar la situación en el terreno en breve” y cumplir el alto el fuego para frenar una guerra que se reanudó el 27 de septiembre. Tanto Ereván como Bakú se acusan mutuamente de violar el cese al fuego en el Karabaj.

La autoproclamada república de Nagorno Karabaj sostuvo que continúan los ataques a gran escala en la zona de Hadrut, en el sur del territorio y cerca de la frontera con Irán, en tanto que el Gobierno de Azerbaiyán negó este extremo con el argumento de que la ciudad “ha sido liberada hace unos días”.

“Lamentablemente constatamos que en la práctica no existe un alto al fuego total”, señaló el jefe de la diplomacia armenia.

En este sentido, pidió un mecanismo de verificación del alto el fuego, y aclaró que hay consultas al respecto entre Ereván, Bakú, Rusia y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que debe fijar las condiciones para el intercambio de prisioneros. Lavrov advirtió ayer, no obstante, que esta organización no podrá intervenir hasta que se haya estabilizado la situación.

Mnatskanián reiteró que “no hay ninguna alternativa a una solución pacífica”, y sostuvo que “no habrá paz si Azerbaiyán elige el camino de la fuerza.