Una anciana, fusil en mano, vigila la puerta de su humilde casa de Stepanakert, capital de la República de Karabaj, después de que el Ejército de Azerbaiyán bombardeara la ciudad, ya casi desierta y en ruinas. Los hombres se han ido al frente, los niños han sido evacuados y las mujeres y los ancianos viven en refugios subterráneos. El Ejército azerbaiyano sigue avanzando en su ofensiva y las fuerzas karabajíes se han visto obligadas a replegarse en algunos sectores del frente.