- La oposición bielorrusa ha presentado una demanda ante la Corte Penal Internacional de La Haya contra el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, por reprimir violentamente las manifestaciones en este país. Así lo informó ayer Svetlana Tijanóvskaya en el canal de Telegram País para la vida.

“Llamamos a la CPI y a la fiscal general, Fatou Bensouda, a abrir una causa penal contra el expresidente de Bielorrusia por crímenes de lesa humanidad”, afirman los autores de la denuncia, residentes en Canadá y citados en la red social. Según los opositores, Lukashenko y su régimen “son culpables de cometer crímenes contra la humanidad, ya que él ordenó personalmente la represión salvaje en las calles de Bielorrusia, en las cárceles y centros de detención tras las elecciones”.

La demanda fue apoyada por más de 37.000 bielorrusos residentes en 102 países del mundo y es una reacción ante “la toma violenta del poder en Bielorrusia por parte de Alexandr Lukashenko”. Los opositores piden condenar al mandatario, que está al frente del país desde hace 26 años por “falsificar las elecciones del 9 de agosto de 2020, reprimir cruelmente las protestas pacíficas con uso de armas y la represión masiva contra los bielorrusos”.

En tanto, Tijanóvskaya aseguró desde que el régimen de Lukashenko no solo es ilegítimo, sino que “no es capaz de cumplir con su cometido”, por lo que continúa creando un equipo para promover cambios en Bielorrusia. “No vamos a mantenernos inactivos y observar como el país se hunde más en la crisis. Por eso, para garantizar la realización de nuevas elecciones, con continúo trabajando para unificar todas las fuerzas democráticas de la sociedad bielorrusa”, afirmó. La opositora anunció la designación de Harry Pogoniáilo, reconocido jurista y defensor de las libertades fundamentales, como representante para los derechos humanos.

En las presidenciales, Lukashenko fue reelegido con el 80,1% de los votos, pero su victoria fue empañada por las detenciones de opositores y periodistas, el bloqueo de internet y las sospechas de fraude. Dos días después, Tijanóvskaya se exilió en Lituania debido a presiones de las autoridades.