Tijanóvskaya, durante su mitin en Baránovichi. Foto: Efe

- La campaña para los comicios presidenciales en Bielorrusia del próximo día 9 llega a su recta final con una movilización inédita de la oposición en torno a Svetlana Tijanóvskaya, que busca poner fin a más de un cuarto de siglo de mandato del presidente Alexandr Lukashenko, que ha encarcelado a los tres principales líderes opositores durante la campaña. “Cuanto más avanzamos, menos miedo tengo”, afirmó Tijanóvskaya durante un mitin celebrado ayer, poco después de difundirse la noticia de nuevas detenciones de políticos.

El país vive días tempestuosos en medio de una polémica campaña electoral marcada por arrestos de candidatos y manifestaciones contra Lukashenko, quien está en el poder desde 1994 y desbroza cualquier obstáculo en el camino hacia la victoria en los comicios del 9 de agosto que le otorgaría un sexto mandato.

El pasado jueves Tijanóvskaya logró reunir en Minsk 63.000 seguidores, según el grupo de derechos humanos Vyasná, y ayer más de 8.000 personas acudieron a su cita en Baránovichi, pequeña ciudad de la región de Brest con menos de un cuarto de millón de habitantes. Al mitin de Brest, donde la esperaban 18.000 simpatizantes, la política llegó con retraso porque fue detenida por la policía de tránsito para una prolongada revisión de documentos.

La candidata opositora cuenta con el apoyo de Veronika Tsepkalo, esposa del aspirante a la candidatura rechazado por la Comisión Electoral Central (CEC), Valeri Tsepkalo, y la representante del exbanquero y también exaspirante a la candidatura, Víctor Babariko, María Kolesnikova. Babariko y Tsepkalo eran los principales rivales del mandatario bielorruso hasta que fueron inhabilitados por la CEC, tras lo cual se unieron a la campaña de Tijanóvskaya. Mientras, las maniobras de las autoridades no cesan: la CEC rechazó ayer la propuesta del movimiento Chestnie Liudi de instalar cámaras de vídeo en los colegios electorales pagadas por la ciudadanía, medida que buscaba contrarrestar las limitaciones impuestas a los observadores alegando a la pandemia de covid-19.

A ello le ha precedido esta semana otra gran maniobra de Lukashenko para contener a la oposición: la detención de 33 rusos, presuntos mercenarios del grupo Wagner, que las autoridades insisten en vincular a la oposición, algo que niegan tanto Moscú como los adversarios del presidente bielorruso.

En tanto, Lukashenko, quien se ha negado a participar en cualquier debate con los demás candidatos, calienta motores para ofrecer su discurso ante el Parlamento y la nación este 4 de agosto, apenas cinco días antes de las elecciones.