- La zona fronteriza entre Israel y el Líbano fue ayer escenario de un tiroteo que desencadenó las alertas y los residentes israelíes recibieron indicaciones de quedarse en casa, después de que la milicia chií Hizbulá amenazara la pasada semana con vengar la muerte de uno de sus miembros en un ataque atribuido a Israel.

El Ejército israelí aseguró haber “frustrado un intento de infiltración de un comando terrorista de Hizbulá” que cruzó la Línea Azul, la demarcación establecida por Naciones Unidas entre Israel y el Líbano y supervisada por la Fuerza Interina de la ONU en Líbano.

Un portavoz del Ejército israelí, Jonathan Conricus, añadió que el comando iba armado ante lo que los soldados israelíes dispararon con ametralladoras, tanques y cañones de artillería y se produjo un tiroteo.

Fuentes militares negaron que los libaneses hubieran logrado disparar un cohete anti-tanque Kornet contra un carro israelí israelí, como informaron algunos medios árabes.

El Ejército alertó sobre las 13.33 GMT de un “incidente de seguridad” en el norte del país y anunció el cierre de carreteras y restricciones a la movilidad.

La televisión libanesa Al Manar, controlada por Hizbulá, aseguró que Israel atacó con artillería las zonas fronterizas.

El Ejército israelí reforzó este fin de semana sus tropas desplegadas en el norte del país y los sistemas de defensa aérea. El domingo, un dron israelí se estrelló en territorio libanés mientras realizaba una misión a lo largo de la Línea Azul.

Las fuerzas israelíes atacan intermitentemente objetivos de Hizbulá y de grupos armados proiraníes en Siria, donde estos respaldan al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, para tratar de impedir que establezcan una presencia militar permanente en la región.

En uno de los ataques en Damasco, la semana pasada, atribuido a Israel murieron cinco combatientes, uno de ellos de la milicia libanesa chií. Otro portavoz israelí, Hidai Zilberman, manifestó que el incidente no se da por finalizado y que quedan “días tensos y complicados” por delante.