Que la pandemia no sea una excusa para enterrar sin dignidad a los muertos, esa es la máxima de la que se sirve el académico islámico Aijaz-ur-Rahman Qasmi para fabricar con su ONG ataúdes que ofrece a bajo precio o gratis a los musulmanes de Nueva Delhi que han perdido a algún familiar por la covid-19.

Mientras la India ve cómo los casos de coronavirus se han disparado desde que dejó atrás el estricto confinamiento el mes pasado, convirtiendo al país en el tercero con más infecciones del mundo, Qasmi facilita los entierros desde una pequeña oficina en el sur de la capital a través de su ONG Organización Mundial de la Paz.

"Vi a una mujer, que era la hermana de un amigo, a la que bajaban a una tumba tan irrespetuosamente que parecía un sacrilegio. El cuerpo estaba atado con cuerdas y una excavadora cavó un hoyo y la arrojaron dentro. Fue muy humillante", relató hoy a Efe Qasmi. Fue entonces cuando se le ocurrió la idea.

El filántropo, licenciado en derecho islámico, y su amigo rompieron a llorar porque, asegura, "la dignidad humana es un derecho otorgado por Dios a todos los humanos".

"Pero en la situación de la covid-19, en la que estamos luchando por vivir, los muertos, al parecer, no figuran en nuestras prioridades. Eso hace que la muerte sea aún más horrible. No sabemos qué nos sucederá si también caemos víctimas del virus", reflexionó.

A raíz de esa reflexión y esa mala experiencia surgió la iniciativa que ha donado ataúdes a docenas de víctimas musulmanas del coronavirus en Nueva Delhi, que se ha convertido en el mayor epicentro de la pandemia en la India, con 3.213 muertes y más de 100.000 casos en una ciudad con cerca de 19 millones de habitantes.

Muchas de las víctimas que ha ayudado a enterrar eran de barrios empobrecidos de la capital, mayoritariamente musulmanes, donde la pandemia entró tras una reunión del movimiento religioso islámico Tablighi Jamaat, a la que acudieron miles de fieles. Desde entonces, esos barrios han sido víctimas de numerosos brotes de coronavirus.

EL PROBLEMA DE ENTERRAR A MUSULMANES EN ATAUDES

Para poder llevar a cabo su iniciativa, Qasmi tuvo que pedir a otros eruditos islámicos que emitieran una "fatwa" o decreto religioso para permitir que las víctimas de covid-19 fueran enterradas en ataúdes como medida especial, ya que el Islam no contempla que los ritos mortuorios se lleven a cabo en ataúdes.

En circunstancias normales los musulmanes son enterrados amortajados y después de un baño ritual. Pero, según Qasmi, el entierro en ataúd es aceptable en circunstancias especiales como la guerra y los desastres naturales, así como la mejor manera de ofrecer entierros decentes a las víctimas, ya que tocar los cuerpos para realizar los rituales tradicionales resulta imposible para no contraer el virus.

El filántropo también se tuvo que enfrentar al desafío económico de poder ofrecer los ataúdes gratis, ya que el coste de una caja mortuoria, habitualmente usada por los cristianos, asciende a 4.300 rupias (57 dólares), una suma considerable tanto para la organización como para las familias humildes a las que ayuda.

Así que decidió construirlos por sí mismo, con ayuda de un carpintero para conseguir reducir el coste de los ataúdes a 2.700 rupias (36 dólares) cada uno.

Con esa fórmula, ha conseguido hacer hasta ahora 80 ataúdes, de los que ha distribuido 72 casi sin costo, aunque aquellos dispuestos a contribuir voluntariamente les han dado pequeñas aportaciones de entre 500 y 1.000 rupias (7 y 14 dólares). Así, "al menos la dignidad de los muertos no es profanada", celebró Qasmi.

TERCER PAIS MAS AFECTADO

Iniciativas como la de Qasmi contribuyen a aliviar el dolor de las cada vez más familias afectadas por la pandemia que, con 760.000 casos confirmados hasta este jueves y más de 21.000 fallecidos, es ya la tercera nación del mundo más afectada, tras Estados Unidos y Brasil.

No obstante, el Gobierno se afana por poner en valor la baja tasa de mortalidad en el país, de 15,31 muertos por cada millón de habitantes, según datos oficiales. "Quizás no sería justo comparar a la India con otros países en términos de números absolutos, India tiene 195,5 casos por millón de habitantes, uno de los más bajos del mundo", dijo hoy el Ministerio de Salud en un comunicado.