Miles de neoyorquinos cortaron este martes el tráfico del puente de Brooklyn durante una multitudinaria marcha en otra jornada de protestas por la muerte del afroamericano George Floyd, que se repitieron pese a los importantes cambios legislativos que ya se están llevando a cabo en el estado de Nueva York para lograr una mayor transparencia en el cuerpo policial.

Sobre las 5 de la tarde, unas 3.000 personas que habían estado manifestándose en el distrito de Brooklyn atravesaron el puente que cruza a Manhattan liderados por el defensor del pueblo de Nueva York, Jumaane Williams, y portando carteles con los ya familiares mensajes de "Black Lives Matter" (Las vidas negras importan) o "No Justice No Peace" (Sin justicia no hay paz).

Poco después, los manifestantes se congregaron frente al Ayuntamiento de Nueva York, en la zona sur de Manhattan, donde una veintena de familiares de víctimas de la policía de Nueva York entre 1973 y 2019 se reunieron para exigir la retirada de fondos inmediata del cuerpo policial de la ciudad, mayor transparencia y la suspensión de los agentes implicados en los fallecimientos de sus seres queridos.

"Pagamos tanto dinero al Departamento de la Policía de Nueva York, y están constantemente matando a nuestra gente", dijo Hawa Bah, la madre de Mohamed Bah, que murió en 2012 en un tiroteo de la policía en su apartamento de Manhattan. "Mataron a mi hijo, Mohamed, delante de mí y de mis vecinos mientras les implorábamos que nos dejaran hablar con Mohamed", dijo Hawa Bah, que exigió al alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, que retire 1.000 millones de dólares de los fondos que dedica a la policía para "usarlos para la protección y el servicio de la próxima generación".

Mientras, al menos dos grupos más de manifestantes marchaban hacia el norte de la ciudad, atravesando el centro de la Gran Manzana, flanqueados por la Policía, y un pequeño grupo de personas también se concentró en silencio frente a la sede de la ONU. Además, cientos de personas se manifestaron frente a Gracie Mansion, la residencia oficial del alcalde De Blasio, en una jornada en la que se celebró en Houston el multitudinario funeral de George Floyd.

A primera hora del día, los más pequeños también se unieron a las manifestaciones de Nueva York, cuando cientos de menores, protegidos a ambos lados por adultos que se desplazaban en bicicleta, protagonizaron una marcha que salió desde el Barlays Center y terminó en la Biblioteca Pública de Brooklyn, donde varios de ellos dieron cortos discursos sobre la necesidad de vivir en un mundo unido.

Las manifestaciones se producen pese a las medidas que están aprobando ya los legisladores de Nueva York en respuesta a las masivas protestas y disturbios, como la prohibición explícita de que los policías agarren por el cuello a los ciudadanos en sus técnicas de arresto, avalada por la Asamblea neoyorquina este lunes.

Además, hoy se derogó la sección 50-a de la Ley de Derechos Civiles, que desde 1976 ha evitado que se hagan públicos los registros de investigaciones y acciones tomadas sobre la conducta de agentes del orden.

En ambas cámaras legislativas de Nueva York se presentaron proyectos de ley la pasada semana con miras a una mayor transparencia en la policía en medio de las agitadas protestas, que esta semana han comenzado a ser aprobados, lo que se ha facilitado por el dominio demócrata en las dos por primera vez en diez años.

También se han tomado medidas concretas, como el arresto de un policía que en las primeras jornadas de las manifestaciones de Nueva York empujó de forma violenta a una joven, que se golpeó la cabeza y acabó en el hospital, agresión que fue captada con el teléfono móvil de otro manifestante en un vídeo que fue compartido ampliamente en las redes sociales.

REFORMAS EN LA POLICÍA DE WASHINGTON

El Concejo del Distrito de Columbia ha aprobado este martes un proyecto de ley de emergencia que pretende reformar la Policía de la zona y, entre otras disposiciones, prohíbe al cuerpo el uso de gases lacrimógenos y balas de goma. La legislación, aprobada por unanimidad, también prohíbe el uso del gas pimienta contra manifestantes, así como "proyectiles menos letales", como granadas de aturdimiento.

Asimismo, la ley también impide al Departamento de Policía Metropolitana que contrate a agentes que hayan sido despedidos en otra jurisdicción o hayan renunciado antes de recibir una medida disciplinaria o que esta se encuentre pendiente.

Los cambios aprobados este martes estarán vigentes durante 90 días, según ha informado 'The Washington Post', pero pueden extenderse hasta los 225 con una segunda votación. El Concejo deberá celebrar vistas públicas y votar de nuevo si quieren hacer la medida permanente.

La Policía de Washington utilizó gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a manifestantes de las inmediaciones de la Casa Blanca en el contexto de las protestas que se registran en Estados Unidos desde la muerte del ciudadano afroamericano George Floyd.

El objetivo era que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pudiera acercarse a la iglesia de Saint John, para lo que tuvo que cruzar el Parque Lafayette. Allí, el presidente se fotografió sosteniendo una biblia.

Mientras la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, condenó las acciones de la Policía, el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, defendió lo ocurrido, aludiendo a que la fuerza se empleó debido a las dificultades para reubicar a las autoridades, que decidieron expandir la barrera alrededor de la Casa Blanca. Asimismo, indicó que la multitud "se estaba volviendo más rebelde".

DISTURBIOS "PELIGROSOS"

En este contexto, Barr ha escrito este martes a Bowser para especificar que el uso de la Policía federal estadounidense y las tropas de la Guardia Nacional en Washington fue "necesario" porque los disturbios eran "peligrosos" y habían alcanzado "niveles sin precedentes", ha informado la cadena de televisión CNN.

"Las imágenes en televisión de estos eventos, vistas por personas en toda la nación y alrededor del mundo, transmitían la impresión de que Estados Unidos estaba a punto de perder el control de su capital", ha indicado Barr en la misiva, escrita como respuesta a una carta anterior de Bowser en la que la alcaldesa pedía a Trump que retirara a los efectivos desplegados en la ciudad.

Trump retiró a la Guardia Nacional de Washington el domingo pasado, después de varios días de protestas pacíficas.

Barr, que también ha defendido que desplegar a la Policía y a las fuerzas militares era una "respuesta temporal a una crisis de seguridad en aumento", ha señalado que "los disturbios en la sede del Gobierno amenazaban la seguridad de los agentes de la ley y las operaciones del Gobierno de Estados Unidos".

"Permítame asegurarle que el presidente comparte su interés en regresar a una situación en la que tales fuerzas adicionales son innecesarias para mantener la ley y el orden en el distrito", ha concluido Barr.