Moscú - El Kremlin confió ayer en que los presidentes de Rusia y de Turquía, Vladímir Putin, y Recep Tayyip Erdogan, respectivamente, hallen una solución a la escalada de las hostilidades en la provincia siria de Idlib, el último bastión de la oposición. Los dos mandatarios se reunirán hoy en Moscú para abordar la situación en el noroeste de Siria a raíz de los enfrentamientos cada vez más graves entre el Ejército sirio y las unidades turcas sobre el terreno.

"Las expectativas son las de llegar a un entendimiento común sobre los antecedentes y las causas de la crisis, el carácter negativo de sus consecuencias y el conjunto de medidas necesarias para prevenir su agravamiento", señaló ayer el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Desde que comenzó la ofensiva del ejército en abril de 2019, Turquía, valedora de la oposición siria, y Rusia, aliada de Damasco, han establecido sin éxito varios ceses de hostilidades.

El mes pasado la tensión aumentó entre Turquía y Siria y entre Ankara y Moscú por los ataques en suelo sirio que han dejado víctimas en las filas de ambos países, siendo el peor episodio para Ankara el del pasado día 27, cuando fallecieron 34 soldados turcos en un bombardeo sirio en Idlib.

Este suceso hizo que Erdogan lanzase una ofensiva contra las fuerzas del presidente Bachar al Asad en Idlib, región dominada por el Organismo de Liberación del Levante, una alianza islamista en la que está incluida la exfilial siria de la terrorista Al Qaeda.

ENROCADOS EN SUS POSICIONES Tanto Erdogan como Putin tienen la intención de lograr un cese del fuego estable en Idlib, pero ambos se han enrocado en sus posiciones. Los dos reafirmaron en los últimos días su apego a los acuerdos alcanzados en 2017 y 2018 en el balneario ruso de Sochi (mar Negro) mediante los que Erdogan y Putin acordaron frenar la ofensiva del régimen sirio contra Idlib, establecer una zona de desescalada en la provincia y crear una área desmilitarizada de una profundidad de entre 15 y 20 kilómetros.

No obstante, a ojos de Moscú, Turquía no ha cumplido con los acuerdos, dado que no ha logrado separar a la oposición moderada de los terroristas, en tanto que Ankara acusa a Rusia de "cerrar los ojos" ante los ataques del ejército sirio.

Moscú ha recalcado que Siria tiene "todo el derecho" a luchar contra los terroristas, en tanto que Erdogan ha asegurado que no va a retirar a sus tropas de Idlib y que responderá de forma contundente a cualquier nuevo ataque por parte del ejército sirio y sus aliados, entre otras razones porque los ataques causan el desplazamiento masivo de refugiados a Turquía.

Ankara anunció el pasado viernes que ya no impedirá que los cientos de miles de sirios refugiados en su territorio intenten cruzar hacia la Unión Europa, causando que miles de personas se desplacen hacia la frontera con Grecia, donde la policía y el ejército heleno les impiden el paso.

Ante ello, Rusia ha asegurado que no son "millones" los desplazados como afirman "EEUU y países europeos". Según la ONU, desde el 1 de diciembre pasado casi un millón de personas se han desplazado de sus hogares por la escalada. "Entendemos lo grave que es para la UE el problema de los refugiados y la inmigración ilegal, pero no podemos detener la lucha contra el terrorismo para resolver el problema de los refugiados", dijo ayer el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov.