El año pasado, las sospechas de tongo en torno al Sorteo Extraordinario de Navidad se extendieron como la pólvora por las redes sociales la mañana del 22 de diciembre. Y es que, momentos antes de que empezasen a rodar los bombos, los espectadores vieron cómo un empleado de Loterías y Apuestas del Estado introducía una bola a mano.
Fue tal el revuelo que la SELAE se vio obligada a emitir un comunicado: "Una de las circunstancias previstas en el proceso de introducción de las bolas en los bombos es que alguna pueda rebotar hacia el exterior. En ese caso el protocolo establecido indica que el operario responsable de la introducción de las bolas en el bombo debe proceder a su introducción manual en el mismo. Esta circunstancia fue acaecida en la mañana de hoy y que ha podido observarse en alguna de las imágenes del proceso", señaló.
El caso llegó incluso a la Audiencia Nacional, después de que un vecino de Albacete, Paco Reina, decidiera presentar una denuncia para que se investigara lo sucedido. En marzo, el juez Alejandro Abascal archivó el caso al no ver indicios de delito.
Lo cierto es que todo el proceso en torno al Sorteo de Navidad cumple unas estrictas medidas de seguridad para evitar, precisamente, el fraude. De hecho, los bombos, las bolas y el resto de materiales del sorteo de este año ya están en una sala del Teatro Real custodiados las 24 horas del día. Será el día 21 cuando suban al escenario.
El bombo grande, que recogerá las 100.000 bolas de los números que participan en el sorteo, se fabricó en 2006 en una aleación de latón y bronce, y tiene una altura de 2,64 metros, una anchura de 2,11 metros y un peso aproximado de unos 850 kilos.
Por su parte, el bombo pequeño, el que albergará las 1.807 bolas de los premios, está fabricado con los mismos materiales y tiene unas dimensiones de 1,60 de alto por 1,28 metros de ancho y un peso en torno a los 450 kilos.
También se ha llevado a cabo ya el desprecintado de las bolas de números y las bolas de premios, todas ellas fabricadas en madera de boj, con los números grabados en láser y con el mismo peso (3 gramos) y el mismo tamaño (18 milímetros de diámetro). Este año, tras las labores de comprobación de todos los materiales, se han sustituido 231 bolas.