El equipo negociador designado por ERC para recabar los apoyos necesarios para que Pere Aragonès sea el nuevo presidente de la Generalitat empezará próximamente las reuniones con CUP, JxCat y comunes en busca de una investidura "rápida", a la que tampoco renuncia el socialista Salvador Illa, ganador en votos del 14-F.

Socialistas y republicanos, que empataron a 33 escaños con una diferencia de casi 50.000 votos en favor del PSC, defienden públicamente su derecho a postularse para la investidura: Illa por ser vencedor y Aragonès por tener más posibilidades de lograr una mayoría absoluta gracias a los votos de los independentistas de Junts y CUP, a los que quiere sumar los comunes.

Con la idea de atar estos apoyos lo antes posible, ERC designó ayer lunes a última hora a su equipo negociador, que esta formado por Sergi Sabrià, Marta Vilalta, Josep Maria Jové y Laura Vilagrà.

Aunque aún está por concretar dónde y cuándo, ya se sabe que la primera reunión de los republicanos será con la CUP, cuyos nueve escaños son decisivos para sumar una mayoría independentista en la cámara catalana.

Los número uno y dos de los cuperos, Dolors Sabater y Carles Riera, han abierto la puerta a entrar en el Govern, pero lo han ligado a cuatro compromisos: "amnistía y fin de la represión", "autodeterminación vinculante", "plan de choque de rescate social" y "transición ecológica".

En paralelo con la negociación con ERC, la formación anticapitalista contactará con entidades y movimientos sociales para incorporar algunas de sus demandas, y también celebrarán un consejo político el próximo 27 de febrero para "hacer balance" del resultado electoral.

Una vez se haya reunido con la CUP, Aragonès se citará por separado con Junts y con los comunes para tratar de deshacer los vetos cruzados entre Laura Borràs, que quiere un Govern netamente independentista, y Jèssica Albiach, que se niega a pactar con la "derecha" y aboga por un tripartito de izquierdas que incluya al PSC.

Un PSC que, por su parte, insiste en que luchará por la presidencia de la Generalitat ajeno a la aritmética parlamentaria, que dice que eso es harto improbable sin el apoyo o abstención de alguna de las fuerzas independentistas.

Pese a la improbabilidad de que su empresa tenga éxito, Salvador Illa ha culminado este martes una primera ronda de contactos telefónica -a la que seguirá otra presencial y discreta- con todos los partidos políticos catalanes, excepto Vox, para informarles de que se postulará a la investidura.

Según fuentes socialistas, Illa ha trasladado al resto de dirigentes que, a su juicio, los resultados del 14-F son "claros", con el PSC como el primer partido de Cataluña, y que "ha habido un voto a favor del diálogo y el reencuentro".