gasteiz - ¿Quería Sánchez convocar elecciones? ¿Hubo voluntad real de llegar a un acuerdo?
-Hemos asistido a un bloqueo de la derecha que no tenía sentido, porque no tenían alternativa de gobierno, y por otro lado en la negociación entre el PSOE y Unidas Podemos se ha mezclado una cierta inexperiencia por parte de Podemos, que no supo ver la oportunidad histórica de julio y la dejó pasar; con haberse centrado demasiado en una fórmula de gobernabilidad. Han obviado algo que al menos sí hemos hecho en Euskadi, negociar primero las materias que tienes interés en compartir con el otro y los objetivos, y luego ya hablar de cómo lo llevas delante.
La precampaña ha arrancado con un giro al centro por parte de PSOE, PP e incluso Ciudadanos. ¿La inminente sentencia del procés lo cambiará todo?
-Esta campaña viene marcada por factores muy importantes. Uno es la sentencia del procés, y otro el Brexit. Esta campaña es una nueva oportunidad, en el pasado ha quedado claro que la ciudadanía votó por partidos progresistas y que quiere un liderazgo del PSOE. La campaña estará centrada en el futuro de España, y el futuro de España también pasa por la gestión territorial.
¿Qué ha cambiado entre la apuesta por el diálogo de Sánchez y Torra de principios de año y el actual endurecimiento de posiciones? ¿Tiene algo que ver la filtración de aquellos contactos, o el no soberanista a los Presupuestos, o se trata de una estrategia de campaña?
-Nosotros siempre defendemos la política y no la judicialización, y creemos que en Catalunya hay un conflicto político que tiene que ser resuelto mediante la política. Lamentablemente nos ha tocado gestionar una herencia que dejó la solución en manos de la judicatura, que hace lo que tiene que hacer, juzgar delitos supuestamente cometidos. Nosotros siempre hemos creído en la construcción de una España plural en la que quepan las realidades nacionales, hablamos del éxito de la España autonómica, somos partidarios de avanzar hacia una España federal.
Sin embargo, ahora se habla de aplicar el 155.
-Pedro Sánchez tiene claro cómo quiere construir la España del futuro, que no deja de ser la del 78, que genere ámbitos de convivencia, pero siempre dentro de la legalidad. Sánchez ya apoyó a Rajoy cuando se quebró la legalidad, y si hubiera una nueva quiebra de la legalidad el Gobierno tendría que pactar con los grupos la aplicación del 155, pero es que de momento no la ha habido. No creo que sea una estrategia.
¿Cree posible ensayar la fórmula del pacto con Podemos después de todo lo ocurrido este verano?
-Todos los procesos conllevan un aprendizaje para todas las partes e insisto, las elecciones del 10 de noviembre son una nueva oportunidad, hay que hacer borrón y cuenta nueva. Sánchez ya ha dicho que quiere un gobierno progresista que encare los problemas de España, que no deje a nadie tirado si viene una mala situación económica o ante la revolución tecnológica. La solución solo puede venir de la mano de un gobierno socialdemócrata, y por eso tiene claro a quién hay que mirar a la hora de abordar la legislatura. Evidentemente también pide que los partidos de la derecha no bloqueen una mayoría clara, como ha ocurrido en Portugal.
¿Ve posible y plausible la gran coalición entre PP y PSOE que defienden Rajoy y Felipe González?
-No, porque ese debate no está en el PSOE, es más un debate interesado de determinados sectores de la derecha y de personas que están ya fuera de la política y que hablan desde una atalaya. En el PSOE ni estamos ni hemos estado en esa opción en el pasado, en absoluto, en ningún momento en los órganos de debate y decisión del partido ha estado esa opción sobre la mesa. Otra cosa es pedirles altura de miras y que no te voten en contra del plan frente al Brexit, por ejemplo, pero ya sabemos que cuando el PP no gobierna, que se caiga España.
¿Entenderían la militancia y los votantes del 28 de abril un pacto con Ciudadanos, si dan los números?
-Pedro tiene claro que no va a haber un pacto con Rivera, si él lo hubiera querido sería ahora presidente y no estaríamos en elecciones.
Pero fue Rivera el que vetó a Pedro Sánchez.
-Puso dos condiciones, que no continuara completando el Estatuto de Gernika y que María Chivite no fuera presidenta de Navarra. Ninguna de las dos se ha cumplido y ha sido por voluntad de Pedro Sánchez , que es el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno. Había una mayoría de 180 diputados, si no lo hizo entonces no lo va a hacer ahora; lo único que le pide a Ciudadanos, como al PP, es que no bloqueen.
¿No hay peligro entonces de que haya un gobierno en Madrid más centralista que el actual, y pueda poner en entredicho todo lo pactado en torno al desarrollo del Estatuto de Gernika o incluso generar una crisis en el Gobierno Vasco?
-Pedro Sánchez ha hecho algo inédito, firmar una agenda de transferencias. Nada más llegar deja sin efecto los recursos contra dos leyes del Parlamento Vasco, y hace una transferencia que venía debida desde hace años por una sentencia del Supremo. Y nada más aprobar la agenda de transferencias, a principios de abril, se materializa el traspaso de la de la autopista, y no se hacen más porque llegan las elecciones. Sánchez es muy consciente de que la única forma de que España tenga éxito como un proyecto común de convivencia es así, gestionando la pluralidad.
¿Y por qué un Gobierno en funciones no puede seguir con el proceso de las transferencias pero sí adoptar medidas sobre las pensiones o la financiación autonómica?
-Yo no estoy en el Gobierno de España y desconozco lo que dicen los abogados del Estado, pero parece que un gobierno en funciones solo puede gestionar el día a día, habrá algún matiz que desconozco.
El jueves Josu Erkoreka apostaba por ir manteniendo reuniones técnicas para poder avanzar hasta que se pueda convocar la Comisión Mixta. ¿Tampoco puede hacerlo un gobierno en funciones?
-Si Erkoreka está tan convencido, en lugar de anunciarlo en rueda de prensa, ¿por qué no llama al Ministerio y pone a trabajar a sus viceconsejeros? Si realmente te interesa no te desahogas en una rueda de prensa, coges el teléfono y llamas.
¿No ha habido llamadas?
-No lo sé, yo no estoy en el Gobierno.
Sí que al menos se van materializando los compromisos alcanzados con Rajoy, como el traspaso de los terrenos de Lemoiz conocido esta misma semana.
-Ese es un ejemplo de la complejidad de los trámites que presentan muchos traspasos, pese a parecer sencillos. Éste asunto se acordó en 2016 y ha tenido que concretarse ahora con el Gobierno socialista. Soy consciente desde que era concejal de que este asunto formaba parte de las reivindicaciones de los vecinos de Uribe Kosta.
Tanto ustedes como el PNV han valorado muy positivamente su alianza en las instituciones. ¿Se presentarán a las autonómicas defendiendo su continuidad? ¿Pase lo que pase en Madrid?
-El del PNV es un proyecto nacionalista; el nuestro mira más a las personas que a los territorios y busca una Euskadi moderna, y yo aspiro a que la ciudadanía confíe en el proyecto socialista y podamos liderar el país. El PSE siempre ha sido positivo tanto en la oposición como en gobiernos de coalición y así seguiremos, no vamos a obstaculizar porque vienen años clave. Queremos ser la red de seguridad de la ciudadanía, que sepa que si el PSE está en los ejes de gobernabilidad las instituciones van a estar centradas en la vivienda, los servicios sociales, la sanidad, la educación o las pensiones, y en todo lo demás cada partido defenderá lo suyo.
Algunas diferencias ha habido entre los socios. ¿Se sintieron engañados por el PNV cuando aprobaron la reducción fiscal que beneficiaba al Athletic?
-Lo que ha puesto de manifiesto la crisis en la Diputación de Bizkaia es que ambos partidos estamos bien engrasados para afrontar las cuestiones que nos vienen de los ejecutivos. Además, hay más rentas irregulares al margen de las de los jugadores del Athletic, era una normativa que tenía bastantes ventanas a la elusión fiscal. Lo que hemos hecho ambos partidos es ordenar el patio y recordar al ejecutivo de la Diputación que la norma tiene que responder exclusivamente al objetivo de atraer talento; tiene que ser para nuevos contribuyentes. Por otro lado es bueno que la norma se debata en las Juntas Generales para que el resto de partidos digan lo que piensan. Bien está lo que bien acaba.
¿Puede avanzar la legislatura con unos Presupuestos actualizados, habida cuenta de que quedan muy pocos meses y de que el ambiente de campaña va a contaminarlo todo?
-Dos partidos se han autodescartado y Elkarrekin Podemos ha cambiado la música, pero habrá que ver cómo se concreta eso en enmiendas. El proyecto responde al cumplimiento del programa del Gobierno y hay cosas troncales que no pueden modificarse, pero yo espero que sean valientes y se atrevan a acordar, aunque hasta el momento no se les conoce ningún acuerdo de calado. Y la excusa electoral no cuela, porque el plazo de enmiendas viene después del 10 de noviembre, podrían negociar con toda la tranquilidad del mundo.
Pero es que entramos en precampaña inmediatamente después.
-Sí, pero nos hemos pasado toda la legislatura en precampaña pese a que ha habido un periodo de unos dos años sin elecciones. Ahora van a llegar dos o tres años sin elecciones, podemos afrontar grandes reformas y retos entre todos sin pensar en resultados electorales.
Va siendo hora, la sociedad esta bastante hastiada.
-Claro, estos son años clave y por eso cuando llegué a la secretaría general traté de hacer un esfuerzo por dar una mayoría sólida a las instituciones. Si no acertamos ahora, en quince o veinte lo pagaremos, y hablo de la educación; la formación va a ser clave, y hay que reformar también la industria... Todo eso hay que hacerlo en esta y en la próxima legislatura y, o hacemos todos un esfuerzo o tendremos que dar explicaciones en el futuro.