Londres - El ex primer ministro británico David Cameron, que en 2016 convocó el referéndum sobre el Brexit, afirmó en una entrevista publicada este viernes por el diario The Times que no se puede descartar un nuevo plebiscito para “desbloquear” el proceso de salida de la Unión Europea (UE). “No digo que vaya a haber uno, ni que deba haber uno, solo que no podemos descartar cosas ahora mismo, porque hay que encontrar algún modo de desbloquear este estancamiento”, señaló el ex mandatario conservador.
Cameron, que la próxima semana publica en el Reino Unido un libro de memorias (For The Record), criticó la estrategia que ha tomado su compañero de partido, el primer ministro Boris Johnson, al sugerir que “hay ciertas cosas que no se deberían hacer para desbloquear” la situación.
“Creo que prorrogar el Parlamento, hacer ver que no existe” es “algo malo”, comentó el antiguo jefe de Gobierno, después de que Johnson haya ordenado el cierre de las dos cámaras legislativas durante cinco semanas.
Al ser cuestionado sobre las consecuencias que ha tenido el referéndum de 2016, en el que el 51,9% de los votantes optó por el Brexit, Cameron aseguró que piensa en ello “cada día” y admite que hay gente que nunca le “perdonará” por “haberlo convocado y perdido”.
“También están, por supuesto, todas aquellas personas que querían un referéndum y que querían salir (de la UE), y están agradecidas de que se hiciera aquella promesa y se cumpliera”, agregó.
Cameron reveló en la entrevista que la mañana después del plebiscito telefoneó al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y a otros líderes europeos para pedirles “perdón” por el resultado.
Resaltó asimismo que en su opinión la campaña a favor de abandonar la UE “dejó la verdad en casa”, al amenazar a los votantes con la llegada de inmigrantes de Turquía si ese país entraba en el bloque comunitario y al prometer que el Brexit permitiría invertir 350 millones de libras (394 millones de euros) a la semana en la sanidad pública.
El optimismo de johnson Por contra, el primer ministro británico, Boris Johnson, se mostraba ayer “moderadamente optimista” frente a la posibilidad de llegar a un acuerdo de Brexit con Bruselas, en vísperas de su encuentro con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Según confirmó Downing Street-la residencia oficial de Johnson-, ambos políticos se entrevistarán el lunes en Luxemburgo por primera vez desde que el líder tory asumiera el pasado julio las riendas del Ejecutivo, a mes y medio de que el 31 de octubre se cumpla la fecha prevista de desconexión entre el Reino Unido y los Veintisiete. Durante ese viaje, el premier tiene además previsto otro encuentro con su homólogo luxemburgués, Xavier Bettel, en el que la salida británica de la Unión Europea centrará la agenda.
En los últimos días, Johnson ha hecho más patente su voluntad de trabajar por un Brexit consensuado, como aseguró ayer durante un discurso en la ciudad inglesa de Rotherham, donde fue abucheado por uno de los congregados por su polémica decisión de suspender el Parlamento. “Estamos trabajando muchísimo. Hemos realizado bastantes progresos y veremos adónde llegamos” el lunes, afirmó.
Aunque parece más optimista sobre un posible pacto con los Veintisiete, Johnson advirtió al mismo tiempo de que “no importa lo que ocurra”, el país “saldrá” del bloque en la fecha pactada. “Sin duda, nadie me va a disuadir de nuestro objetivo de abandonar la UE el 31 de octubre. Creo que la gente de este país quiere que ejecutemos el Brexit”, dijo. Sin embargo, una nueva ley aprobada por el Parlamento antes de su suspensión el pasado martes le obliga a solicitar a la UE una prórroga de la fecha de salida hasta el 31 de enero si no hay pacto bilateral el próximo 19 de octubre -extensión que los Veintisiete tendrían que aprobar-. Sobre ese pacto, Bruselas ha mostrado voluntad para analizar cualquier propuesta de Londres siempre que respete los principios comunitarios, especialmente en lo relativo a la salvaguarda irlandesa, el gran escollo en las conversaciones, pues Johnson la rechaza tajantemente y la UE la percibe como un protocolo indispensable.
Fuentes de Downing Street advirtieron de que “todavía queda un largo camino” por recorrer en las negociaciones. En este sentido, también el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, alertó ayer de que la “distancia” que separa a ambas partes sobre el crucial asunto de la salvaguarda sigue siendo “muy amplia”.
En declaraciones a la emisora irlandesa RTE, recordó que aunque están “dispuestos a estudiar arreglos alternativos”, hasta la fecha lo que están viendo “se queda muy corto”.
“Lucharemos y trabajaremos a fin de obtener un acuerdo hasta el último momento, pero no a cualquier precio”, agregó el primer ministro. Precisamente con relación a la salvaguarda, el Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte negó ayer que vaya a rebajar sus exigencias en este sentido a fin de facilitar al Gobierno británico que llegue a un nuevo acuerdo con la Unión Europea. - Efe