El 25 de agosto de 1944, las tropas de la Francia libre dieron por liberada París del yugo nazi, 1.500 días después de la ocupación, una fecha simbólica que fue conmemorada este domingo en la capital francesa. Un día después de que los primeros soldados de aquel ejército variopinto penetraran en la ciudad con una brigada de exiliados republicanos españoles al frente, la Nueve, la ciudad se desembarazó definitivamente de la ocupación alemana.
El general Charles de Gaulle, al frente de la Francia que rechazó colaborar con Adolf Hitler, pronunció un discurso que resuena todavía como el canto de la victoria: “¡París ultrajado! ¡París destruido! ¡París martirizado! ¡Pero París liberado!”, proclamó el general un día antes de descender por los Campos Elíseos en medio de la algarabía popular. La capital francesa se cuida mucho de celebrar cada año el 25 de agosto, pero con motivo de los 75 años de aquella jornada histórica las autoridades han querido dar un mayor brillo.
El primer acto tuvo lugar en la torre Eiffel, donde se recreó un hecho simbólico que habla de la implicación popular en la derrota de los alemanes en París. Seis bomberos acudieron por la mañana al monumento y descolgaron del mismo la cruz gamada que la había presidido durante los cuatro años de ocupación. En su lugar instalaron una bandera blanca, roja y azul, similar a la que se izó, en presencia de autoridades y de algunos de esos bomberos y familiares, con camiones de bomberos de la época como los que debieron conducir 75 años atrás.
El homenaje se trasladó posteriormente al sur de la ciudad, lugar por el que entraron las tropas de la Segunda División Blindada del general Philippe Leclerc, a cuya memoria se rindió tributo en otro acto. Desde la misma puerta de Orleans que sirvió de entrada a los liberadores partió algo más tarde un desfile popular que siguió parte del recorrido de las tropas que acabaron por expulsar a los alemanes. Entre ellos muchos españoles, con banderas republicanas, que habían participado la víspera en diferentes actos en homenaje a la Nueve, que fue relegada al olvido en Francia, pero que en los últimos años está siendo reconocida.
El Ayuntamiento había invitado a los participantes a vestirse con uniformes de la época y en el desfile participaron algunos carros de combate similares a los que recorrieron las calles de la ciudad en la lucha contra los nazis. Algunos de ellos estaban bautizados con nombres españoles, los que los combatientes de la Nueve habían dado a sus unidades tomados prestados de batallas de la Guerra Civil española.
El desfile acabó en la plaza Denfert-Rochereau, donde hace 75 años se ubicó el cuartel general de las llamadas Fuerzas Francesas del Interior, la resistencia que antes de la llegada de las fuerzas liberadoras había comenzado ya su combate contra el ocupante nazi. Se trata de un refugio antiaéreo en el que Henri Rol-Tanguy dirigía la lucha de los parisinos contra los alemanes y que desde este domingo alberga el Museo de la Liberación, con centenares de documentos de la época. El nuevo museo fue inaugurado por la alcaldesa de la capital, Anne Hidalgo, con el objetivo de que sirva de ejemplo de lo que fue esa lucha.
ladillo Los actos en recuerdo a los republicanos españoles que formaban parte de la Nueve se tornaron el sábado en una reivindicación, aprovechando la presencia por vez primera de un miembro del Ejecutivo español, la ministra de Justicia, Dolores Delgado. Fue en el último acto de una jornada cargada de homenajes en diferentes puntos de la capital francesa, cuando Delgado se disponía a descubrir una placa junto al jardín adyacente al Ayuntamiento que lleva el nombre de los Combatientes de la Nueve, la primera brigada que entró en París aquel 24 de agosto de 1944, compuesta esencialmente de republicanos españoles que se habían exiliado tras la Guerra Civil.
En sus alocuciones, varios representantes de asociaciones habían pedido al Ejecutivo más reconocimiento para las víctimas del franquismo y consideraron laxa la ley de memoria histórica de 2007. El tono fue subiendo hasta que una representante de la anarquista CNT acabó coreando el “No pasarán”, en medio del aplauso general.
Delgado era la siguiente en el turno de palabra y no esquivó el órdago que le habían lanzado: “Os agradezco que exijáis a los poderes públicos que den pasos en favor de la verdad, la justicia y la reparación. A veces las leyes van más lentas que la sociedad”. Sus palabras no calmaron a un auditorio nutrido, medio millar de asistentes, muchos de ellos procedentes de España y otros hijos de exiliados del franquismo, algunos vestidos con uniformes republicanos, muchos más con la bandera lila, roja y amarilla.
Los abucheos hicieron que la ministra se decidiera a responder, a asegurar que su presencia en esos actos, la primera de un miembro del Ejecutivo desde que París comenzó a reconocer la labor de aquella brigada de españoles, era ya un avance y que su Gobierno quiere dar pasos hacia la reparación de las víctimas. “Estamos aquí para escuchar las voces de las víctimas y para avanzar. Queremos cambiar una ley buena, la de memoria histórica de 2007, para mejorarla a partir de vuestras aportaciones”, aseguró Delgado.
El ambiente se calmó cuando en su lugar subió al estrado la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, la responsable de que la Nueve tenga una plaza en París y que su combate comience a ser reconocido en Francia. La regidora aseguró que “solo en París puede ocurrir algo así, porque es una ciudad de diálogo y de controversia en libertad”. Posteriormente, la alcaldesa y la ministra inauguraron una placa de homenaje regalada por la anterior administración del Ayuntamiento de Madrid, sin que hubiera ningún representante de la nueva corporación municipal de la capital española.