Roma/Madrid Los migrantes del Open Arms desembarcados en Lampedusa el martes por la noche esperan a conocer su futuro tras confirmarse que cinco países de la Unión Europea, entre ellos España, se los repartirán. Pasaron su primera noche en un centro de acogida en la isla italiana después de haber sido examinados por médicos en el mismo muelle.

Se espera que los migrantes sean trasladados en las próximas horas a Sicilia desde el centro de acogida de Lampedusa, para esperar allí que se resuelva la distribución entre España, Francia, Alemania, Luxemburgo y Portugal, los cinco países que han ofrecido recibirlos.

Terminado el desembarco -ordenado por la Fiscalía de Agrigento (Sicilia)- el Open Arms partió ayer de madrugada con destino al puerto siciliano de Emepedocle, obedeciendo la orden de la fiscalía que había determinado la incautación temporal del barco humanitario por dos semanas. El buque Audaz de la Armada española, que zarpó el martes hacia Lampedusa, en un principio con el objetivo de hacerse cargo de los migrantes rescatados por el Open Arms y acompañar al barco hasta Mallorca, probablemente será el que los lleve a España, ya que el barco militar sigue su travesía hacia Italia.

Mientras, el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, pide a Madrid que se haga cargo y acelere el mecanismo de distribución. “Nave española, ONG española, es correcta la decisión de enviar una nave militar hacia España”, agregó.

Aunque la odisea humana de estos náufragos rescatados ha concluido, al menos de momento, no así las implicaciones políticas de esta larga crisis y las consecuencias para la ONG catalana. Proactiva Open Arms podría enfrentarse ahora a una multa de hasta 901.000 euros por haber retomado los rescates en el Mediterráneo, tal y como advirtió el Gobierno español a la organización en una carta el pasado mes de junio.

La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, recordó ayer que este barco no tiene licencia para realizar rescates en el Mediterráneo y apelaba al cumplimiento de la ley al ser preguntada sobre posibles sanciones a la ONG.

“Nuestro país es un estado de derecho y las instituciones, poderes públicos y ciudadanos estamos sometidos todos a las leyes, nadie está a salvo de esto, incluido un barco”, dijo Calvo en entrevista a la Ser.

Así se reflejaba en una carta remitida el pasado 27 de junio por el director general de la Marina Mercante al capitán del barco. En la misiva, se avisaba al barco de las “infracciones” que implicaba su “pretensión de retomar rescates”, después de que la ONG decidiera poner rumbo de nuevo al Mediterráneo central para rescatar a personas a la deriva.

Si bien, el barco durante su trayecto encontraba a personas “en peligro” en el mar, debería asistirlas, pero la Marina Mercante también advertía al buque de las consecuencias en el caso de que acometiera operaciones de búsqueda y salvamento sin dar cumplir lo que exige la normativa”.

Asimismo, avisaba de que los incumplimientos constituirían “infracciones contra la seguridad marítima o la ordenación del tráfico marítimo”, que pueden sancionarse “cada una de ellas con multas de hasta 901.000 euros o 300.000 euros, respectivamente”.

El fundador de la ONG Proactiva Open Arms, Oscar Camps, respondía en un tuit a Calvo. “Las personas a bordo de nuestro barco ya están a salvo. Ahora toca apoyar al Ocean Viking. Seguiremos defendiendo la identidad liberal y democrática de la UE”, remarcó Camps.

La vicepresidenta celebró el desembarco y destacó el esfuerzo del Gobierno para hallar una solución . “Hemos actuado con la coherencia de la seguridad y respeto a los derechos humanos, nos alegra que la solución se haya resuelto”. - Efe/E.P.