vitoria - El acuerdo que posibilitó la jubilación anticipada en la Ertzain-tza a los 60 años, suscrito en 2009, abrió la puerta a renovar una plantilla que ya empezaba a mostrar síntomas de una media de edad muy avanzada. Al tiempo que los agentes de las primeras promociones empezaban a acogerse a la jubilación -el cuerpo echó a andar en 1982-, la Policía vasca logró un hito en diciembre de 2011 cuando alcanzó, por vez primera, el tope de 8.000 ertzainas establecido en la Junta de Seguridad. Sin embargo, desde entonces la renovación se ha convertido en una de las prioridades del Departamento de Seguridad, ya que su número se redujo hasta 7.200 antes del verano, lo que ha generado dudas respecto a su incidencia en la correcta labor policial. Según ha podido saber DNA, entre este año y 2021 están previstas 1.193 jubilaciones voluntarias en la Ertzaintza, a lo que habrá que sumar aquellas que obedecen a otras causas como fallecimientos, renuncias o incapacidades laborales.
Desde la consejería que dirige Estefanía Beltrán de Heredia aseguran que esta dinámica negativa se ha revertido y que “estamos en un proceso claro de recuperación y renovación generacional”. Alegan para ello que el “número de efectivos del conjunto de unidades y servicios de la Ertzaintza es ya de alrededor de 7.500”, lo que se logró el pasado 5 de julio con la entrega de credenciales a la 27 promoción, cuyos 324 miembros iniciaron el periodo de prácticas en las comisarías. A ello se añaden los 655 agentes de la 28 promoción -en total se ofertaron 700 plazas- que saldrán de la Academia de Arkaute en 2020, por lo que “esa cifra se incrementará de manera significativa”, según fuentes oficiales del departamento.
Efectivamente, las promociones de la Policía vasca son la principal herramienta para rejuvenecer la plantilla y acercar todo lo posible el número de agentes al máximo de 8.000. Desde Seguridad resaltan el hecho de que, entre 2014 y 2019, se han convocado 1.750 nuevas plazas de ertzaina, la más numerosa precisamente la última promoción, la 28, que iniciará las prácticas en Arkaute el próximo 9 de septiembre. De esos puestos ofertados, por ahora se han cubierto 1.592. Al mismo tiempo, entre los años 2015 y 2018 el número total de bajas ha sido de 1.168, lo que incluye las jubilaciones y el resto de causas.
En esta dinámica, uno de los principales escollos con los que se ha encontrado el Departamento de Seguridad ha sido el bloqueo al que el Gobierno de Mariano Rajoy sometió a las promociones 25 y 26, de 2015 y 2016, respectivamente, al recurrirlas ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. El Ejecutivo del PP consideraba excesivo el número de puestos ofertados porque no respetaba, a su juicio, las tasas de reposición decretadas para la función pública. En cambio, el Gobierno Vasco defendía la especificidad de la Er-tzaintza y su autonomía a la hora de gestionar y renovar su plantilla, todo ello en aras a dar cumplimiento al acuerdo de la Junta de Seguridad que establecía una plantilla activa de 8.000 agentes.
Finalmente el acuerdo fue posible entre los gobiernos español y vasco en el contexto de los Presupuestos Generales del Estado para 2017, y mediante la inclusión de una cláusula en el Real Decreto Ley sobre Oferta de Empleo Público que aprobó el Consejo de Ministros popular y que avaló las tasas de reposición de la Policía vasca. Sin embargo, este contencioso provocó un “evidente” retraso en el fluir de las sucesivas promociones en Euskadi. Desde Seguridad recuerdan que “las promociones 25 y 26 fueron recurridas y tuvimos que ajustarlas a los máximos exigidos por el Gobierno español”. Apostillan, eso sí, que “esa sombra ya se despejó y estamos recuperando el tiempo perdido”.
“Caos total” Los sindicatos de la Ertzaintza van más allá a la hora de analizar las causas de esta situación, y así el secretario general de ErNE, Roberto Seijo, denuncia la “falta de previsión con las jubilaciones y con la convocatoria de nuevas promociones, que ademas han sido escasas, además de la falta de reconocimiento económico y atractivo laboral”. Desde ESAN, su máximo responsable, Eneko Urkijo, critica la “mala planificación” del departamento y que “no se haya previsto este déficit con antelación”.
Urkijo añade que todo ello se ve agravado con “el modelo policial, que está llevando a un caos total y absoluto”, especialmente en el área de investigación. Seijo coincide en denunciar “un modelo de investigación fracasado e impuesto sin consenso”, así como “una falta de agentes” en este ámbito y en el de la prevención. A su juicio, “este déficit de ertzainas produce un aumento de las cargas de trabajo y de los llamamientos en días libres por lo que también interfiere en el ámbito familiar, creando no solo malestar sino conflictividad laboral”.
El secretario general de ESAN incide en que “la prevención es más escasa”, lo que redunda “claramente en un incremento de los delitos”. La consecuencia es “una falta de servicio de calidad a la ciudadanía vasca”, concluye. Desde ErNE, Roberto Seijo recuerda que “antes se convocaban promociones de 700 agentes” y que futuros eventos como la Eurocopa 2020 pueden verse afectados “si no se toman medidas inmediatas”. Coincidió además con ESAN en censurar el “abuso de la interinidad” en la Policía Municipal.
Prevención del delito Además de la situación de la plantilla, desde Seguridad hacen hincapié en el modelo policial, y así señalan que “cumplir con los cometidos que la Ertzaintza tiene como policía integral depende del número de efectivos, sin duda, pero también de otros factores”. Aquí incluyen la “renovación tecnológica, formación, métodos de investigación y participación en organismos de seguridad pública como el CITCO”.
Las fuentes consultadas insisten en que “la prevención del delito va a depender cada vez más de los métodos y herramientas de análisis criminal y del desarrollo de productos de inteligencia policial que se anticipen a la evolución delincuencial”. Respecto a la posibilidad de ampliar el tope de 8.000 agentes, concluyen que “dependerá de la evolución de la propia seguridad pública”.