Vitoria. Aldámiz ha recordado que la población de personas mayores de 65 años está creciendo "de forma exponencial, con buena salud y con servicios que garantizan su bienestar", pero a la vez la dispersión geográfica, la diversificación de los modelos de familia y los cambios en los sistemas de comunicación han modificado el contacto personal y familiar.

Por eso los mayores están en un proceso de adaptación a dichos cambios y a la vez están sufriendo las consecuencias de los mismos: soledad no deseada, visión estereotipada de la vejez, recursos no adaptados, aislamiento y exclusión social.

El riesgo de estigmatizar a personas mayores que viven solas y que presentan algún tipo de trastorno mental les lleva a aislarse socialmente y a ser víctimas de un maltrato de exclusión social por parte de su entorno, ha explicado.

"No mueren solos sino excluidos de su vecindario", ha advertido Alejandra Chulián, otra de las psicólogas que han intervenido en el simposio sobre envejecimiento incluido en el congreso.

Todos los profesionales participantes en él coinciden en lo importante que es fomentar el buen trato, sensibilizar acerca de los estereotipos negativos asociados a la vejez y su influencia en casos de malos tratos y exclusión social, así como promover acciones para atender a personas mayores que se sientan solas y hacerlas partícipes de las actividades de su entorno.

El director general del Imserso, Manuel Martínez, ha señalado que existe "un reto importante con las personas mayores y es crear una estrategia clara de futuro" en cuanto a las políticas con los mayores que viven solos, ya que si no cuentan con ayuda, no saben dónde solicitarla o desconfían de los servicios o profesionales que se la pueden ofrecer puede ponerse "en grave riesgo su salud".

El sentimiento de soledad también podría estar detrás del excesivo uso de Instagram por parte de muchos jóvenes en España. Concretamente cerca del 87 % de ellos tiene cuenta en esta red y la utiliza de forma habitual.

Además, un 15,4 % de la población española utiliza el teléfono móvil tanto tiempo a lo largo de su vida diaria que llega a interferir en sus actividades cotidianas.

Una investigación presentada en este congreso concluye que la población universitaria abusa de Instagram y que hay una sensación de soledad generalizada y bajos niveles de autoestima, lo que puede tener consecuencias en las relaciones interpersonales de los jóvenes y sobre todo de las chicas, que son las que más la usan.