Washington - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer que las redadas masivas contra inmigrantes con las que amenazó el mes pasado y luego pospuso durante dos semanas empezarán después del 4 de julio. “Después del 4 de julio, mucha gente va a tener que salir”, dijo Trump en declaraciones a periodistas en el despacho oval. El presidente explicó que los agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés) “los van a detener y llevar de vuelta” a sus países. Tenemos un gran sistema para eso, y ha sido muy efectivo y será muy efectivo”, dijo el presidente.
“Entonces, la gente que viene puede que esté aquí por un tiempo corto, pero van a irse, van a regresar a sus países. Se van a casa”, dijo el presidente. A mediados de junio, Trump dijo por Twitter que el ICE iniciaría un proceso para deportar a “millones” de indocumentados. Poco después, se supo que el ICE planeaba redadas masivas en diez ciudades del país a partir del 23 de junio para aumentar las deportaciones de familias indocumentadas que han recibido órdenes de expulsión.
El ICE iba a detener a unas 2.000 familias de indocumentados en las ciudades de Nueva York, Miami (Florida), Houston (Texas), Los Ángeles y San Francisco (California), Chicago (Illinois), Atlanta (Georgia), Baltimore (Maryland) y Denver (Colorado). Las noticias sobre las posibles redadas indignaron a grupos de activistas y a la oposición demócrata, cuya líder, Nancy Pelosi, pidió a Trump que suspendiera esas operaciones “sin corazón” y que “inyectarían el terror” entre las comunidades migrantes. Trump decidió entonces suspender durante dos semanas las redadas, tiempo para que demócratas y republicanos pactasen un acuerdo migratorio en el Congreso. Hasta la fecha, sin embargo, no se ha alcanzado ningún acuerdo y el Congreso no se reúne esta semana con motivo del 4 de julio, la fiesta nacional en Estados Unidos.
Más de un centenar de niñas y adolescentes inmigrantes indocumentadas bajo custodia de las autoridades estadounidenses están siendo internadas en un centro situado en el condado de Palm Beach (sureste de Florida). Fuentes conocedoras del centro, que pidieron el anonimato, dijeron que las niñas que están siendo internadas en ese lugar son “casos excepcionales”, con “traumas muy severos”, y la mayoría llegaron a los Estados Unidos sin acompañantes adultos.
Denuncia del Papa Francisco Por su parte, el Papa Francisco denunció a los países que fabrican armas y después no quieren hacerse cargo de los refugiados que los conflictos bélicos generan, en un vídeo difundido ayer en el que lee una parte de su mensaje para la próxima Jornada Mundial que se celebrará el 29 de septiembre.
“Las guerras afectan sólo a algunas regiones del mundo; sin embargo, la fabricación de armas y su venta se lleva a cabo en otras regiones, que luego no requieren hacerse cargo de los refugiados, no quieren, no aceptan esos refugiados que dichos conflictos bélicos generan”, lamentó Francisco. Además el Papa agregó: “Muchas veces se habla de paz pero se venden armas. ¿Podemos hablar de hipocresía en este lenguaje?”. Y continuó: “Quienes padecen las consecuencias son siempre los pequeños, los pobres, los más vulnerables, a quienes se les impide sentarse a la mesa y se les deja sólo las migajas del banquete”.
En el vídeo publicado ayer por el Vaticano, Francisco destaca que no se trata solo de “migrantes” sino de “no excluir a nadie” y critica el mundo actual que “cada día es más elitista y cada día es más cruel con los excluidos”. “Los países en vías de desarrollo siguen agotando sus mejores recursos naturales y humanos en beneficio de unos pocos mercados privilegiados”, agregó. Denuncia además que este “desarrollo exclusivista hace que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres” y defiende que “el verdadero desarrollo es inclusivo y fecundo, lanzado hacia el futuro”. - Efe