Bilbao - El Gobierno Vasco quiere dejar claras las reglas de juego de la negociación presupuestaria desde el primer momento para que los grupos sean conscientes de su margen de maniobra. El marco que dibujó ayer el consejero Pedro Azpiazu termina de desactivar la reforma fiscal que pide el PP, y rebaja las expectativas de EH Bildu de influir en 200 o 300 millones y reincidir en el tira y afloja sobre el complemento de pensiones. Tras una primera ronda de contactos muy preliminar con EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PP, el consejero compareció ante la prensa para pedir a los partidos una negociación que se ciña al marco presupuestario. En concreto, pide respetar el dinero disponible, y no exceder las competencias del Gobierno Vasco.

El mensaje se dirige, por un lado, a EH Bildu, que cifra en unos 200 o 300 millones la cantidad en la que aspira a influir. Está muy lejos del margen del Gobierno Vasco que, según anunció hace unos días el jeltzale Joseba Egibar, oscila entre los 30 y 50 millones. El consejero dejó caer que no va a tropezar otra vez con la piedra de las negociaciones de años anteriores, en un mensaje subliminal que hacía referencia al conflicto sobre el complemento para las pensiones que se mantuvo con EH Bildu. No habrá negociaciones que excedan el marco cuantitativo, cualitativo ni competencial. Este año no parece que EH Bildu vaya a plantear algo muy diferente a las anteriores ocasiones y mantiene el nivel de exigencia, lo que en principio no augura un acuerdo. En cuanto al PP, el consejero aclaró que la reforma fiscal no es asumible porque corresponde a las Juntas Generales, no toca hasta 2020, y PNV y PSE no tienen intención de adelantarla, tal y como avanzó este periódico. De Elkarrekin Podemos elogió su nuevo discurso constructivo, pero quedó a la espera de concretar tras el verano.

las exigencias Azpiazu realizó este análisis tras acabar la primera ronda con la reunión mantenida ayer con EH Bildu. La coalición abertzale estuvo representada por su portavoz parlamentaria, Maddalen Iriarte, y por Unai Urruzuno. Iriarte no quiso concretar las exigencias de su grupo porque aún se desconocen las cifras del proyecto presupuestario y solo se han abordado las directrices, aunque todo parece indicar que EH Bildu no va a tener un planteamiento muy diferente al que tuvo en la negociación fallida del año pasado, lo que en principio aboca al choque. Iker Casanova lo dejó ver antes de la reunión en Radio Euskadi, donde defendió el planteamiento que tuvo su bancada sobre las pensiones, y acusó al Gobierno Vasco de ofrecer muy poco dinero. “Lo que no se puede pretender es que la primera fuerza de la oposición apoye los Presupuestos a cambio de la partida de gastos varios. Va a subir la recaudación, se habla de unos 300 millones, y en años anteriores hemos propuesto cifras similares. Nos podemos mover en unos 200 o 300 millones”, dijo. EH Bildu rechaza los 30 o 50 millones de los que hablan los jeltzales, aunque sean cifras superiores incluso a las que negoció el PP a cambio de facilitar la aprobación de los dos primeros Presupuestos de esta legislatura.

El año pasado, el Gobierno Vasco intentó una negociación con EH Bildu y le ofreció una subida sustancial en la renta de garantía de ingresos para que beneficiara también a los pensionistas. EH Bildu comenzó pidiendo 350 millones para las pensiones y 70 para el empleo, y el Gobierno Vasco le fue entregando distintas ofertas que suponían moverse de su planteamiento de salida. La negociación terminó con EH Bildu volviendo a plantear su documento inicial, según denunció el Ejecutivo. El año anterior, había pedido 220 millones. En esta ocasión, además, el contexto político no ayuda. Los juristas que están redactando el articulado del nuevo estatus de autogobierno han prorrogado su trabajo hasta el 30 de noviembre, una fecha muy pegada a la tramitación parlamentaria de los Presupuestos y la votación de las enmiendas a la totalidad en diciembre. Casanova aseguró ayer que EH Bildu no va a vincular de manera directa ambos debates, aunque a nadie se le escapa que el estatus influirá en el clima y la negociación con el Gobierno Vasco.

El PP, por su parte, exige una rebaja del IRPF, pero este partido pactó junto a PNV y PSE que el actual sistema de impuestos sería evaluado el próximo año y, solo entonces, cabría plantearse algún retoque. Por tanto, no existe ninguna negociación fiscal abierta, ni se atenderá la demanda del PP por activa o por pasiva, con algún tipo de ingeniería presupuestaria que active subvenciones para suplir la reforma inexistente. No será esa la vía. Lo máximo que puede ofrecer el Gobierno vasco es aumentar las ayudas a las familias. Pero fuentes del PP consultadas insistieron ayer en su posición. “La condición es la que hemos puesto: una reforma fiscal que rebaje el IRPF”, zanjan. Con las conversaciones aún en una fase prematura, la oposición no quiere ceder para mantener una posición de fuerza que podría modularse en octubre. El PP insiste por ahora en la reforma fiscal y asegura que el Gobierno no le ha planteado en privado ninguna solución intermedia, pero no tiene bazas para presionar porque PNV y PSE tienen mayoría absoluta en las tres Juntas Generales y no sucede lo mismo que en la anterior legislatura, cuando su voto era necesario para sacar adelante la reforma fiscal en Araba.

realismo Azpiazu se reafirmó en que la prioridad de su Gobierno es tener Presupuestos, y pidió “realismo y rigor”. “Hemos tenido anteriores negociaciones que excedían el marco presupuestario y el competencial. No creo que ningún partido quiera abandonar estas reglas y que la ciudadanía nos pite falta”, defendió. Sobre EH Bildu, dijo que tiene la “esperanza de que entre en una negociación real y efectiva”, y ve margen en torno a la igualdad entre mujeres y hombres. Sobre Podemos, repitió que ve una nueva actitud, y al PP le recordó que la reforma fiscal no es su competencia ni toca ahora. Aun así, mantuvo abierta la negociación “con los tres grupos”, y dejó una rendija para acordar con el PP algún tipo de solución intermedia. Sobre EH Bildu, no quiso repetir la cifra que dio Egibar y la relativizó, asegurando que puede ser mayor si se reorientan algunas partidas antes de redactar las Cuentas, aunque recordó que buena parte del gasto está comprometido en el personal y los servicios públicos.

Iriarte dijo que Bildu va a realizar una “propuesta estructural de cambio”, pero no concretó a la espera de que se conozcan las previsiones de ingresos en octubre. “EH Bildu es la única fuerza que puede dar una mayoría de país. Es muy importante para salir de la parálisis”, sostuvo.

Tramitación. El consejero Azpiazu ha culminado estos días una primera ronda muy preliminar de diálogo con la oposición para presentar las directrices presupuestarias. Aún no hay números concretos sobre la mesa. Se conocerán en octubre, con la previsión de ingresos del Consejo Vasco de Finanzas. El 22 de octubre se aprobará el proyecto en Consejo de Gobierno. En diciembre se someterá a votación en el Parlamento.

EH Bildu. No ha concretado sus exigencias porque aún no hay cifras sobre la mesa, pero rechaza de entrada que se le ofrezcan 30 o 50 millones, y pide 200 o 300.

PP. Exige una rebaja del IRPF que PNV y PSE han zanjado que no toca.

Elkarrekin Podemos. Apuesta por negociar y echa en falta la alusión a la brecha territorial.