Bruselas - Por primera vez desde que accedió a la Presidencia francesa hace ya dos años, Emmanuel Macron se enfrentó este jueves al escrutinio de los periodistas en una rueda de prensa en el palacio del Elíseo. En medio de una crisis de popularidad y social en su país, el presidente francés presentó una serie de reformas orientadas a satisfacer las reclamaciones de sus ciudadanos. Sin embargo, la profunda reforma europea que prometió se ha desdibujado y su liderazgo dentro de la UE está en horas bajas. Queda lejos ya el célebre discurso en el que Emmanuel Macron, desde un atril en la universidad de La Sorbona de París, se dirigía no solo a su país sino a todo un continente. El recién elegido presidente ofrecía un histórico discurso en el que esbozaba un proyecto de futuro para la Unión Europea, un ambicioso plan para reformar el bloque comunitario en uno de los mayores momentos de flaqueza desde su fundación.

Después de casi dos años de Gobierno y tras numerosas crisis internas en el país, al presidente que un día aglutinó el consenso de la ciudadanía francesa contra la extrema derecha de Marine Le Pen le ha cambiado el semblante. Hoy Macron presenta uno de los índices de popularidad más bajos en la historia de la V República Francesa (en torno al 25%) y es incapaz de hacer frente al movimiento de los chalecos amarillos, las protestas sociales más enardecidas de los últimos años en Francia y que, semana tras semana, movilizan a miles de personas por las calles del país galo.

examen público En este contexto, Macron se enfrentó el jueves a su primer examen público. No es habitual, pero el presidente de Francia, tras casi dos años de mandato, ha ofrecido su primera rueda de prensa. Una comparecencia ante los medios que, por otra parte, debía haberse producido la semana pasada. Pero el virulento incendio que acabó con la cubierta de la catedral de Notre Dame en París y conmocionó al mundo entero, obligó a retrasarla. Emmanuel Macron era consciente de que su principal batalla es ahora doméstica. Por eso trató, en un tono conciliador, de mostrarse más cercano a sus ciudadanos. “Quiero que los franceses lo sepan, que siento en mis adentros lo qué están diciendo y expresando? este periodo me ha cambiado”. Instantes después, y ante más de 200 periodistas congregados en el Palacio del Elíseo, anunció una bajada “significativa” del impuesto sobre la renta y una subida de las pensiones, que vinculará las más bajas a la inflación.

El presidente francés también ha excluido posponer la edad de jubilación más allá de los 62 años y una reforma constitucional a favor de “una descentralización diferenciada”. Una serie de guiños al colectivo de los chalecos amarillos, un movimiento extendido por todo el país e iniciado por la subida de impuestos a los carburantes, pero con especial calado en las zonas rurales e industriales del país que han mostrado su descontento contra las élites y grandes capitales de Francia.

Sin embargo, el tono en cuanto a la gran renovación europea anunciada se ha rebajado y la sensación que deja el discurso de Emmanuel Macron es más bien agridulce. El líder de La Republique En Marché (LREM) centró buena parte de su elocución en la transición ecológica y la necesidad de una “economía verde más ambiciosa” a nivel europeo. Entre sus propuestas, la introducción de un impuesto a las emisiones de carbono, uno de los principales frentes de su batalla con los chalecos amarillos y una medida que hubo de revocar a nivel nacional, y la creación de un precio base para el carbono. Uno de los momentos más controvertidos del discurso del presidente francés fue su oferta de “revisión” del área libre de fronteras dentro de la Unión Europea o espacio Schengen. Macron sugirió que los países que se nieguen a acoger refugiados o que no refuercen los controles fronterizos externos de la UE no deberían formar parte de Schengen. “La responsabilidad requiere solidaridad, esto es la base sobre la que Schengen debería ser revisado, aunque signifique que haya menos Estados dentro de él”, explicó el jefe del Ejecutivo galo.

diferencias con Merkel Un cambio en la aproximación de Macron a los asuntos europeos motivado, en gran medida por su relación con Angela Merkel. El presidente francés reconoció que las diferencias con su homóloga alemana han generado “confrontaciones” que han frenado el ambicioso plan de reforma del francés, aunque defendió que han mantenido “siempre el deseo último de encontrar un compromiso”.

Macron apuntó que las diferencias eran destacadas en asuntos como el Brexit, donde el francés ha apostado por una línea mucho más dura en las negociaciones con el Reino Unido, o en comercio, con Francia liderando la oposición a un nuevo acuerdo comercial con los Estados Unidos que dirige Donald Trump mientras este no se comprometa, de nuevo, a cumplir con los requisitos establecidos para la lucha contra el cambio climático en el Acuerdo de París .