Londres - Un total de 831 personas han sido detenidas por su implicación en las protestas que el grupo ecologista Extinction Rebellion (XR) lleva a cabo en varias áreas de Londres desde el pasado lunes. En un comunicado, Scotland Yard reveló además que 42 individuos han sido acusados formalmente de algún cargo. La organización, que ha contado también con la presencia de famosos como la actriz Emma Thompson o el grupo musical Crystal Fighters, ha bloqueado durante siete días varias zonas concurridas del centro de la capital -como el puente de Waterloo, Parliament Square, Oxford Circus y Mable Arch- para protestar contra la inacción del Gobierno frente al cambio climático.
Ante este movimiento, la Policía se ha visto obligada a pedir más de 200 refuerzos para despejar a los manifestantes londinenses. Un portavoz de la organización indicó ayer a The Guardian que más de un centenar de agentes se concentraron en el puente de Londres, con 14 camionetas policías y una grúa en el extremo sur. “Parece que están haciendo un esfuerzo coordinado para despejar el puente”, declaró el portavoz.
El objetivo de Extinction Rebellion, que había llamado a hacer una gran acampada con la que paralizar al menos durante una semana el centro de la capital, es que el Gobierno británico adopte medidas drásticas para reducir a cero las emisiones de dióxido de carbono para 2025. Katy Foeler, una de las activistas, celebró la reacción de los londinenses. “La gente ha venido a darnos las gracias de forma empática”, valoró. “Hay una gran concienciación y hambre de que se haga algo”, destacó.
La Policía metropolitana señaló ayer que unos activistas que se habían pegado con pegamento a la parte alta de un camión en el puente de Waterloo ya habían sido liberados de manera segura durante la madrugada. En la nota se indicaba además que ya se habían reabierto las carreteras de Oxford Circus y Piccadilly Circus, que permanecían cortadas al tráfico llenas de tiendas de campaña y activistas bloqueando el paso.
El grupo ha llevado a cabo también actos de protesta en el aeropuerto londinense de Heathrow, donde una veintena de personas, muchas menores, se instaló el pasado viernes en el túnel que lleva hasta las terminales 2 y 3. Asimismo, el pasado jueves, tres ecologistas fueron acusados de acto ilegal por haber bloqueado trenes en una estación de Londres. Los activistas se habían subido a un tren de cercanías en la estación de Canary Wharf, en el este de la ciudad, como parte de las protestas.
Extinction Rebellion, que podría alargar la concentración hasta dos semanas, quiere que el Ejecutivo declare el estado de emergencia climática y ecológica, reduzca las emisiones de CO2 a cero para el año 2025 y cree una asamblea ciudadana para lidiar con las decisiones que afecten al calentamiento global. “No queremos molestar a la gente, sino que nuestro objetivo es el Gobierno y sus continuos fracasos durante los últimos 30 años, que nos dejan sin más opciones”, explicó un portavoz al inicio de la protesta. “Las prioridades de los gobiernos son a corto plazo y las élites económicas, así que tenemos que ir a por la economía para que nos presten atención”, apuntó el activista a The Guardian. Extinction Rebellion se ha inspirado en el movimiento Occupy London, que acampó el centro de la ciudad en el otoño de 2011. Asimismo, también a imagen de esta protesta, se han preparado coloquios, talleres y actuaciones musicales y teatrales, así como una asamblea en cada uno de los puntos de protesta. Extinction Rebellion asegura que cuenta con 331 grupos de acción en 49 países y denuncia que, además de los más de 800 de esta semana, otros 222 de sus activistas han sido detenidos en todo el mundo en acciones de desobediencia civil no violenta.
Casi un centenar de intelectuales han suscrito un manifiesto en favor de Extinction Rebellion, publicado el pasado octubre en The Guardian. “Se ha roto el contrato social y por consiguiente no solo es nuestro derecho, sino también nuestro deber moral puentear la pasividad y flagrante dejación de funciones del Gobierno y rebelarnos para defender la vida”, explica el texto. - Efe/E.P.