Londres - El encierro de siete años de Julian Assange en la Embajada de Ecuador en Londres llegó ayer a su fin tras retirarle Quito el asilo diplomático. El fundador de Wikileaks fue detenido y condenado por violar los términos de la libertad condicional que Reino Unido le concedió el 29 de junio de 2012 y evitar su extradición a Suecia por un caso de supuesta violación. Ahora se podrá enfrentar a una pena de hasta doce meses de cárcel. Con un aspecto desmejorado y una barba larga, el activista australiano, de 47 años, fue sacado a la fuerza por varios policías de la que fue su casa y refugio los últimos años, la sede diplomática de Ecuador en pleno centro de Londres y junto a los grandes almacenes Harrods. Assange opuso resistencia, mientras ponía el pulgar de su mano derecha hacia arriba y gritaba: “Esto es ilegal, no me voy”.

La expectación a las puertas de la embajada era máxima entre los reporteros y los curiosos. Uno de sus partidarios, que presenció el arresto, explicaba como al menos seis hombres se lo llevaban: “No ha visto la luz del día en más de seis años. Sacarlo a la luz del sol fue realmente cruel. Temíamos que esto sucediera durante el fin de semana, probablemente en medio de la noche, por lo que esto es realmente impactante”. La Policía Metropolitana londinense cumplió “la obligación de ejecutar la orden”, recibiendo posteriormente la invitación del Embajador de Ecuador para acceder a su embajada y acto seguido trasladar a Assange en un furgón directamente a comisaría, donde un tribunal lo condenó por violar los términos de la libertad condicional que le había sido concedida en el 2012. Sin embargo, Assange se declaró no culpable ante la sala.

El juez del distrito de Westminster, Michael Snow, dijo que el comportamiento de Assange era “el de un narcisista que no puede superar su propio interés egoísta” y lo envió a la Corte Penal de Southwark para la sentencia. A partir de ahora, permanecerá bajo custodia y tendrá que volver a comparecer en la próxima audiencia judicial el 2 de mayo.

En 2010, se emitió una orden de arresto contra Assange por dos denuncias distintas, una de violación y otra de abuso sexual, después de que visitara Suecia para una serie de conferencias. En aquel momento, puso en marcha una batalla legal contra su extradición a Suecia, pero cuando fracasó, ingresó en la embajada ecuatoriana y solicitó asilo político. Desde Estados Unidos, el Departamento de Justicia desveló que el detenido se enfrentaba también a los cargos de conspiración para cometer una intrusión en ordenadores y hacer públicos documentos confidenciales del Ejército, en una de las filtraciones de secretos gubernamentales más grande que se ha dado hasta la fecha. Además, desde Washington consideran que Assange colaboró con la exsoldado Chelsea Manning, que en el 2010 filtró al portal Wikileaks más de 700.000 documentos clasificados.

Assange se enfrenta a hasta cinco años de prisión en suelo americano si es declarado culpable de los cargos, por lo que su abogada, Jennifer Robinson, dijo que lucharían contra la solicitud de extradición. Además, reconoció que su caso sienta “un peligroso precedente”, por el cual cualquier periodista puede ser extraditado a Estados Unidos por publicar información veraz sobre ese país

El ministro del Interior británico, Sajid Javid, confirmó que ahora Assange se enfrenta a la justicia en el Reino Unido y enfatizó que “nadie está por encima de la ley”. Mientras, el responsable de Asuntos Exteriores, Jeremy Hunt, afirmó que el periodista australiano “no es un héroe”, al tiempo que también agradeció al presidente ecuatoriano su cooperación.

Una detención anunciada La detención no sorprendió a nadie, después de que la semana pasada Wikileaks revelase que la salida de su fundador de la Embajada era “cuestión de horas o días”. Ahora, una de las abogadas que representa a la supuesta víctima de violación en la investigación contra Assange dijo que hará todo lo posible para que la Fiscalía reabra la investigación, que fue abandonada en el 2017, de manera que pueda ser extraditado a Suecia y juzgado por violación.

“Mi cliente y yo acabamos de recibir la noticia de que Assange ha sido detenido. El hecho de que lo que hemos estado esperando durante siete años se haya producido ahora, por supuesto, ha sido una sorpresa para mi clienta”, declaró Elisabeth Massi Fritz, abogada de la supuesta víctima, añadiendo que harán todo lo posible para conseguir que los fiscales reabran la investigación criminal preliminar.

Desde la Comisión Europea, el portavoz jefe del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas, en rueda de prensa optó por la prudencia, recordando que el caso de Assange “es un proceso que está en manos de los jueces” y como en estos casos “cuando los jueces hablan, los políticos deberían callarse y los Gobiernos deben callarse”.

Sin embargo, Moscú denunció que la detención de Assange, es un atentado contra la libertad: “la mano de la democracia estrangula la libertad”, escribió en su cuenta de la red social Facebook la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova. Por su parte, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, expresó la esperanza de que Londres “respete todos los derechos” del detenido.