Londres - El Parlamento británico volverá a pronunciarse hoy sobre el Brexit para tratar de llegar a un consenso que determine los pasos a seguir, mientras que diferentes sectores de la sociedad alertan de los peligros de una salida de la Unión Europea (UE) sin acuerdo. La Cámara de los Comunes votará hoy una moción neutra del Gobierno de Theresa May sobre si los parlamentarios han considerado su plan del Brexit, así como las enmiendas presentadas por varios diputados que admita el presidente de la cámara, John Bercow.

Aunque las enmiendas que se aprueben no serán vinculantes, sí permitirán dilucidar en qué puntos existe consenso sobre cómo proseguir con la salida del Reino Unido del bloque comunitario. Un portavoz de la primera ministra advirtió ayer de que el Ejecutivo no se compromete a cumplir las exigencias de todas las cláusulas que sean respaldadas, aunque todo apunta a que tendrá que tenerlas en cuenta si quiere lograr que sus planes salgan adelante en algún momento en el Parlamento.

La misma fuente señaló que el Gobierno continúa trabajando para que Bruselas permita introducir cambios en el acuerdo del Brexit a fin de evitar el escenario más temido, una salida sin pacto, tras la derrota histórica que sufrió el plan de May en el Parlamento. “Hemos escuchado de manera consistente que los líderes europeos quieren que el Reino Unido salga con un acuerdo. Es un hecho reconocido que una salida negociada del Reino Unido va en favor de sus intereses”, afirmó a los medios ese portavoz. “El tratado que se ha acordado fue rechazado por el Parlamento. Por lo tanto, si tenemos que salir con un acuerdo, claramente vamos a tener que hacer algunos cambios para poder aprobarlo”, agregó.

Bruselas no cede La Comisión Europea (CE) insistió ayer, sin embargo, en que el tratado al que se llegó el pasado noviembre “no está abierto a la negociación”. “Tenemos una posición unánime de los 27 Estados miembros (que seguirán en la UE tras el Brexit) sobre el acuerdo de retirada que refleja la posición común de la UE. Este acuerdo de retirada ha sido pactado con el Gobierno británico, respaldado por los líderes y no está abierto para la renegociación”, declaró el portavoz del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas. También subrayó durante la rueda de prensa diaria de la CE que el pacto “está sobre la mesa” e incluye la salvaguarda para evitar una frontera física en Irlanda, cuestión que dificulta la aprobación del acuerdo de salida en el Parlamento de Westminster.

Por contra, el exministro británico de Exteriores y abanderado de la salida de la UE Boris Johnson sostuvo ayer que, si May se empeña, el Reino Unido puede conseguir que sea temporal o cancelable la polémica cláusula para prevenir una frontera física entre Irlanda e Irlanda del Norte, el punto que más dificulta el proceso.

“Si nos lo proponemos, si realmente lo intentamos, no tengo ninguna duda de que la UE nos dará la cláusula de libertad que necesitamos”, aseguró en el diario The Daily Telegraph, pese a que Dublín y Bruselas han rechazado esta posibilidad. A ese respecto, el diputado conservador Graham Brady sugirió que la facción euroescéptica del partido de May podría aceptar como solución la inclusión al tratado de un anexo legalmente vinculante que modifique las condiciones del mecanismo de salvaguarda para Irlanda del Norte. “No sería necesario reabrir el tratado de salida. Podría hacerse a través de un codicilo legalmente vinculante al acuerdo”, dijo a la cadena BBC Brady, presidente del grupo parlamentario del Partido Conservador.

“Lo que es crucial es que haya un cambio legalmente vinculante que deje claro que el Reino Unido nunca podrá quedar atrapado en el mecanismo de salvaguarda a perpetuidad”, detalló. El diputado conservador ha presentado una enmienda a una moción sobre el Brexit que será considerada en el Pleno de hoy en la que defiende que el mecanismo de la salvaguarda irlandesa debe ser reemplazado con “arreglos alternativos”.

Otra enmienda apoyada por el tory Graham Grady pide que se elimine la cláusula irlandesa y se sustituya por “una alternativa”, mientras que su colega Andrew Murrison reclama que tal salvaguarda, dirigida a proteger el proceso de paz norirlandés, caduque en diciembre de 2021.

enmiendas proeuropeas Otras enmiendas, en general de los sectores proeuropeos, van encaminadas a evitar una salida sin pacto o a promover un segundo referéndum. Una enmienda multipartita impulsada por la laborista Yvette Cooper propone un proyecto de ley que postergaría el Brexit unos nueve meses si May no consigue que se apruebe un acuerdo para el 26 de febrero. Otra enmienda presentada por la conservadora Caroline Spelman con apoyo generalizado rechaza dejar el bloque sin un tratado bilateral, algo a lo que no se quiere comprometer la primera ministra.

La enmienda oficial del Partido Laborista propone votar sobre todas las posibles opciones para evitar una salida a las bravas, entre ellas la opción laborista de una unión aduanera con los Veintisiete y un posible segundo referéndum. Los liberaldemócratas plantean por su parte descartar un Brexit sin acuerdo e instan a preparar una nueva consulta popular que incluya la opción de permanecer en la UE.

Además, una campaña lanzada ayer bajo el nombre Lead not Leave (Liderar no abandonar) aboga por continuar en la UE y liderar en su seno reformas internas. La campaña ha sido impulsada por la empresaria Gina Miller, que emprendió el proceso legal que obligó al Gobierno a pedir permiso al Parlamento para activar el Brexit, junto con lord Maurice Saatchi, expresidente del Partido Conservador, y la baronesa laborista Helena Kennedy. Todos defienden que el Reino Unido siga dentro del bloque comunitario y que lidere su renovación “desde dentro”.