madrid - El Gobierno español no termina de entregar al Ejecutivo vasco el calendario con las transferencias pendientes de llegar a la comunidad autónoma. Estaba previsto que el documento se presentara antes de que acabara el año pasado, pero el plazo se superó sin novedades y enero ha entrado ya en su segunda mitad sin que se haya producido anuncio alguno. En ese contexto, el grupo del PNV en el Congreso de los Diputados está redoblando la presión sobre el presidente español, Pedro Sánchez, con la advertencia de que este asunto debería estar resuelto y tiene que despejarlo cuanto antes. Concretamente, su portavoz, Aitor Esteban, confía en que haya calendario antes de la votación de las enmiendas a la totalidad del Presupuesto, un trámite que tendrá lugar los días 12 y 13 de febrero.
Esta advertencia tiene lugar en un momento en que la demora de Sánchez está dando mala espina en círculos del Gobierno Vasco, donde de manera extraoficial se interpreta que el presidente puede estar apurando los plazos con el objetivo de sondear el margen que tiene para utilizar los traspasos dentro de la negociación presupuestaria. Esteban pidió ayer en ETB-1 que este asunto se resuelva antes de las enmiendas a la totalidad, en referencia a que no admite más demora. Fuentes de su entorno consultadas por DNA aseguraron que su grupo no se va a tomar la presentación del calendario como un gesto o un asunto con el que transaccionar las Cuentas, sino que Sánchez solo habrá cumplido lo que debía. Creen que no debe retrasarlo más.
“Entiendo que hay algunas competencias que requieren debates más prolongados, como es el caso de la Seguridad Social pero, por lo menos, establecer un calendario no debería ser tan difícil. Creo que pronto recibiremos una respuesta, seguramente antes de votar las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos. No es tanto una cuestión de dinero, sino de que haya una verdadera voluntad de cumplir los acuerdos y los compromisos”, recalcó.
El PNV vuelve a apretar a Sánchez, esta vez con motivo de las competencias. Los equipos del consejero Erkoreka y la ministra Batet están negociando un calendario con todos los traspasos pendientes, exceptuando, en principio, la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. Sí se incluirá, por el contrario, el traspaso de la gestión de las prisiones. Este calendario se ha retrasado progresivamente por las dificultades internas del Gobierno español y por las discrepancias a la hora de situar cada transferencia en el calendario. El Gobierno Vasco quiere asegurarse de que los plazos no se estiren hasta el infinito y que los traspasos no queden a merced de la espada de Damocles de un adelanto electoral. Esta gestión cuenta sobre todo con la dificultad de la presión interna a la que se ve sometido Sánchez, pero también existe el riesgo de que el presidente estire el chicle y vincule de manera indirecta las transferencias a las Cuentas, con el argumento de que, sin Presupuestos, la legislatura no va a durar demasiado y no podrá haber traspasos. Por el contrario, la situación ideal del PNV pasaría por despejar ya de la ecuación el asunto del calendario para desvincular los dos planos, y poder abordar las Cuentas con las manos libres centrándose en las inversiones.
El pasado mes de noviembre, los dos gobiernos llegaron al primer acuerdo en siete años para transferir dos líneas de tren y un tramo de la AP-1. Fue un hito, pero no de la envergadura que esperaba el PNV, que además se mostró preocupado por que la pelea hubiera sido tan larga y ardua simplemente para acordar dos traspasos tan técnicos y con tan poco misterio. El cumplimiento del Estatuto de Gernika es, además, la piedra angular del argumentario que justifica que el PNV dé estabilidad a Sánchez. Los jeltzales quieren que la legislatura dure para que el presidente tenga tiempo de abordar traspasos ambiciosos. El partido de Andoni Ortuzar es consciente de que esta negociación sería prácticamente inviable con otra mayoría escorada hacia la derecha, liderada por el popular Pablo Casado e influenciada por Vox, que además podría emprender un proceso de recentralización.
los presupuestos El portavoz del PNV en el Congreso pidió en términos generales a Sánchez un “cambio de actitud” para evitar la enmienda a la totalidad de su grupo, que sigue mostrando su predisposición a dar estabilidad al presidente español, pero que necesita al mismo tiempo un enganche que justifique su apoyo ante la sociedad vasca. En el caso concreto de las Cuentas, van a entrar en juego cuestiones más prosaicas que se refieren a las inversiones en infraestructuras, donde se ha producido en los últimos días un enredo por el descenso en la dotación para la comunidad autónoma y por el sorprendente anuncio de que el Tren de Alta Velocidad no llegaría en 2023, aunque el ministro Ábalos corrigió después que el compromiso se mantiene.
“Es necesario un cambio de actitud, celeridad y voluntad real de cumplir los compromisos y acuerdos. Que no piense el Gobierno que las cosas están hechas con nosotros. Si no se cumplen los acuerdos, no tiene sentido mantener a este Gobierno. ¿Qué razones tenemos para mantener el Gobierno? ¿Que viene la derecha? El Gobierno necesita socios y tiene que cuidarlos. Veremos si hay un cambio de actitud las próximas semanas pero, hoy por hoy, no descarto la presentación de una enmienda de totalidad”, dijo. Más que una cuestión de dinero, el PNV quiere “celeridad” en la ejecución de las obras para que el TAV llegue en 2023. Las fuentes consultadas reconocen el hecho objetivo de la bajada de la inversión, pero ponen el foco en la ejecución. Sobre las transferencias, Esteban opinó que no debería ser tan difícil presentar un calendario.
Los cinco votos del PNV son imprescindibles para superar las enmiendas a la totalidad. Los jeltzales se inclinan por dar estabilidad como bien superior aunque quieren tener motivos. Sánchez necesita también a los nacionalistas catalanes del PDeCAT y ERC, a quienes confía en seducir con gestos como el foro de diálogo entre partidos, aún por concretar.
días 12 y 13. El Congreso de los Diputados somete a votación las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos estatales. Sánchez necesita sumar a los votos socialistas los respaldos de Unidos Podemos, Compromís, PNV, PDeCAT y ERC.
del 5 al 7. Debate en Comisión de las enmiendas parciales.
del 11 al 14. Debate en pleno del dictamen de los Presupuestos. Es la votación final. Para llegar a ella, Sánchez tendrá que haber superado primero el trámite a la totalidad. En caso contrario, los Presupuestos no llegarán siquiera a tramitarse. El PDeCAT no ha fijado aún de manera concluyente su posición.