Londres - El Parlamento británico retomará esta semana el debate sobre el acuerdo del Brexit sin que durante el receso navideño haya variado el equilibrio de fuerzas que parece abocar a la primera ministra, la conservadora Theresa May, a perder la votación prevista para la tercera semana de enero.

Ministros del Gobierno continuaron ayer alertando de los peligros de rechazar el texto y avanzar hacia una salida no negociada de la Unión Europea (UE) el 29 de marzo, pero sus argumentos siguen sin persuadir al ala euroescéptica de los conservadores y sus socios del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP).

May cree que su única opción para sumar los apoyos necesarios en la Cámara de los Comunes pasa por convencer a los críticos de que el Reino Unido no quedará atado a las estructuras comunitarias durante años en contra de su voluntad debido al mecanismo de seguridad diseñado para evitar una frontera en Irlanda del Norte.

La jefa de Gobierno ha mantenido contactos telefónicos con líderes europeos durante las navidades y prevé continuar ese diálogo en los próximos días, pero no ha logrado por ahora las garantías legales adicionales que busca. Por su parte, Bruselas ha subrayado que está dispuesta a “escuchar” las demandas de Londres, pero no va a renegociar el acuerdo del Brexit al que los 27 socios comunitarios restantes dieron su visto bueno a finales de noviembre.

Más allá de las llamadas telefónicas, la UE tampoco prevé más reuniones oficiales para abordar un pacto que da por cerrado.

A pesar de la falta de avances, medios británicos han especulado con la posibilidad de que May logre obtener ciertas clarificaciones por escrito en los próximos días que ayuden a ganar el apoyo del DUP y fuercen entonces a los tories (conservadores) más euroescépticos a dar su brazo a torcer.

En diciembre, 117 de los 317 diputados conservadores votaron en contra de May como líder del Partido Conservador en una moción de confianza interna, lo que espoleó las dudas sobre la capacidad de la primera ministra para contener una rebelión en la votación sobre el acuerdo del Brexit, que ya se vio obligada a posponer en diciembre. Según diversos medios, al menos entre 30 y 40 parlamentarios conservadores continúan dispuestos a rechazar el pacto.

Enmienda El Daily Mail apunta la posibilidad de que el Gobierno trate de ganar los apoyos que le faltan con una enmienda al acuerdo del Brexit en la que se explicite que el Reino Unido podrá abandonar el mecanismo de seguridad para Irlanda del Norte de manera unilateral.

El Gobierno británico y Bruselas han pactado una salvaguarda por la cual el Reino Unido se mantendrá en una unión aduanera común hasta que se llegue a un nuevo acuerdo comercial entre ambas partes, a fin de evitar una aduana entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, lo que minaría el acuerdo de paz en la región firmado en 1998.

La enmienda que, según el Daily Mail, baraja el Ejecutivo prevé que Londres pueda romper ese arreglo doce meses después del fin del periodo de transición del Brexit, al término de 2020, si para entonces no se ha alcanzado un nuevo pacto comercial.

A la espera de si la UE concede a May nuevas clarificaciones por escrito, se prevé que la próxima semana el Gobierno intensifique su campaña sobre los peligros para la economía que supondría tumbar el pacto. Según el Banco de Inglaterra, una ruptura abrupta con la UE podría reducir el PIB del Reino Unido en un 8% en cuestión de meses y provocaría una crisis financiera peor que la de 2008.