MADRID - El calendario de transferencias pendientes a Euskadi por parte del Estado español entró ayer en tiempo de descuento al vencer el plazo que el propio Gobierno de Pedro Sánchez se marcó para presentárselo al Ejecutivo y Parlamento vascos y, de mutuo acuerdo, comenzar la negociación técnica para ejecutar los traspasos de las competencias que el Estatuto de Gernika atribuye a Euskadi.
Madrid y Gasteiz difieren en el orden de prioridades para establecer la negociación de los traspasos ya que de él se derivarán los plazos para que sea factible su ejecución antes de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez termine su mandato. El equipo negociador vasco quiere ahuyentar la posibilidad de que un adelanto electoral eche al traste el plan de trabajo e impida la materialización de algunas transferencias.
La elaboración del calendario de traspasos corresponde al Gobierno español, que es quien tiene la última palabra sobre el orden de los traspasos porque los medios materiales, humanos y financieros que serán transferidos se encuentran en su poder. Pero ambas partes se afanan en buscar un acuerdo en el plan de trabajo y en los últimos días es intenso el intercambio de documentos entre los equipos negociadores del consejero de Autogobierno y Gobernanza Pública, Josu Erkoreka, y la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet. De momento no hay acuerdo ya que en los borradores recibidos el Gobierno Vasco no constata un calendario factible que se pueda desarrollar en su totalidad.
Lakua trabaja con la hipótesis de que el presidente Sánchez como mínimo llevará la legislatura hasta el invierno de 2019 y quiere evitar que el abordaje de la negociación de los traspasos de las competencias técnicamente más complejas se sitúe hacia el final de la legislatura. Ello pondría en peligro la negociación y la ulterior ejecución de la transferencia a Euskadi. Por supuesto, un adelanto electoral a mayo del año que viene truncaría aún más la eficacia del calendario.
Las prioridades políticas y los plazos son la principal preocupación del Gobierno Vasco en cuanto a la elaboración del calendario. No le preocupa tanto el retraso en su presentación, que la ministra Batet se comprometió a hacerlo ayer, 28 de diciembre, para cumplir así con el mandato del Parlamento Vasco.
El presidente Sánchez ratificó ayer la intención de su gobierno de elaborar el cronograma para los traspasos: “Nuestra vocación es que efectivamente haya un calendario para la mayoría de traspasos que están pendientes del Estatuto de Gernika”, aseguró durante su comparecencia ante los medios de comunicación para hacer balance de la gestión de su Ejecutivo.
Tras reconocer que existe un mandato del Parlamento de Gasteiz respecto a este calendario y que la ministra de Política Territorial se comprometió a terminarlo antes del fin de este año, el presidente español se mostró confiado en que “en los próximos meses lo podamos materializar”. Fuentes del Gobierno Vasco consultadas por este diario creen que no habrá que esperar tanto y que en cuestión de pocas semanas, en enero, tendrán sobre la mesa un calendario que satisfaga los intereses de ambas partes.
En parecidos términos se expresó ayer el consejero vasco de Medio Ambiente y Vivienda, el socialista Iñaki Arriola, quien destacó que “lo importante de todo esto es que hay voluntad por parte de ambos gobiernos de poder hablar”. No obstante, reconoció que el proceso de transferencias “lógicamente requiere trabajo y suele ser una cuestión farragosa en cuanto a la concreción de los asuntos”.
En el calendario se plasmará el orden y los plazos en los que se abordarán 36 de las 37 transferencias pendientes que reclaman el Gobierno y el Parlamento vascos, tal y como viene recogido en el Estatuto de Gernika, ley orgánica aprobada por la ciudadanía vasca en referéndum celebrado en 1979. El Gobierno español descartó incluir en ese plan de trabajo la gestión del régimen económico de la Seguridad Social -que no la denominada caja única- alegando la complejidad de la materia a transferir, aunque en el fondo hay razones de índole política por las presiones recibidas desde dentro y fuera del Partido Socialista contra el traspaso de una competencia tan emblemática.
La que sí estará en el calendario es la competencia sobre las prisiones de Zaballa, Martutene y Basauri, cuya titularidad corresponde todavía en gran medida al Estado español. Se trata de una transferencia de mucho peso político al que el Gobierno español ha sido secularmente renuente a cederlo a Euskadi so pretexto de ETA.
Además de estas dos materias, quedan por transferir otras de menor calado político pero de mucha afección para la ciudadanía. Buena parte de ellas están referidas a infraestructuras (autopistas, aeropuertos, puertos y líneas ferroviarias).
Gobierno español. Corresponde al Ejecutivo de Sánchez elaborar el plan de trabajo para abordar la negociación de las transferencias pendientes.
Prioridades y plazos. Dado que la legislatura es corta (hasta 2020), y que se puede acortar aún más si hay adelanto electoral, el Gobierno Vasco quiere asegurarse que el calendario establece un orden de prioridades y unos plazos factibles de ser ejecutados antes del final de legislatura.
El presidente español aseguró que habrá plan de trabajo para abordar las transferencias pendientes y mostró su esperanza de que “en los próximos meses lo podamos materializar”.
El consejero vasco justificó el retraso del calendario al subrayar que es un trabajo “farragoso” pero subrayó la “voluntad de ambos gobiernos para poder hablar”.