Tampoco este año gustó al PNV el mensaje de Navidad del rey a pesar de los intentos esquivos de Felipe VI de enfundarse la chamarra de la convivencia y la Constitución, y de buscar conectarse a los jóvenes para así eludir otras cuestiones nucleares en el tablero político español. Frente a los mundos de Yupi que presentó el monarca, el portavoz de la formación jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban, respondió que el mejor legado para la juventud vasca es el “reconocimiento de Euskadi como nación”. Asimismo, reprochó al rey que ensalzara “los cimientos sólidos de España” cuando hay una crisis territorial “evidente”.

El mantenimiento de la convivencia y la situación de los jóvenes fueron los argumentos principales del mensaje del rey televisado el lunes por la noche por prácticamente todas las cadenas generalistas. Fue el discurso navideño más corto, apenas llegó a los diez minutos, y con una aparente menor carga política. Nada que ver con la arenga constitucionalista de su intervención ante las cámaras el 3 de octubre de 2017 -dos días después del referéndum en Catalunya- en la que se explayó con profusión y cargó con dureza contra el independentismo catalán olvidando su teórico papel de árbitro. En esta ocasión, intentó alejarse de las formas y los argumentos clásicos de la derecha y fue muy sibilina su defensa de la Constitución, presentándola como garante única e incuestionable de la convivencia.

El modelo territorial, su debate o reforma, no apareció por ningún lado. “Más de lo mismo”, señaló ayer Esteban en la rueda de prensa ofrecida en Bilbao para valorar el discurso del rey, y negó que en la transición se produjera “esa integración” de la que habló ante las cámaras. También paso de puntillas sobre la corrupción, la violencia machista, la situación de la Justicia tras los últimos escándalos sobre las hipotecas o la composición del CGPJ. Como era de prever, no se hizo el harakiri aventando el debate sobre la institución que encarna, la monarquía, más cuestionada que nunca.

En su mensaje en el que no mencionó expresamente a Catalunya, el rey llamó a garantizar una convivencia basada en el respeto a la Constitución, que cuide los “profundos vínculos” entre españoles, y a impedir que renazcan “el rencor y el resentimiento”. Felipe VI se dirigió sobre todo a las generaciones más jóvenes y centró sus palabras en la necesidad de asegurar “una convivencia en la que la superación de los grandes problemas y las injusticias nunca puede nacer de la división, ni mucho menos del enfrentamiento, sino del acuerdo y la unión ante las dificultades”.

El PNV criticó que el monarca basara su intervención en los valores de la Constitución cuando “esa integración de la que habla no se produjo por parte de todos”. A juicio de Esteban, resulta “irónico” que el rey realice un llamamiento a cumplir la ley cuando el Estatuto de Gernika continúa incumplido. “Si las reglas que son de todos deben respetarse por todos, también debe cumplirse el Estatuto que es, además, una norma refrendada”, señaló.

EH Bildu y Podemos de la CAV coincidieron con el PNV a la hora de criticar el mensaje del rey, especialmente por la ausencia expresa de Catalunya y por la mención a la integración sobre un texto constitucional que no reconoce a los vascos como nación. La diputada de Bildu Marian Beitialarrangoitia reprochó ayer al monarca que se mostrara “como el máximo representante de un marco constitucional que niega a gallegos, catalanes y vascos su derecho a decidir”,

Por su parte, Nagua Alba, diputada de Podemos, reconoció que el rey “intentó ser algo más fresco de lo habitual” al introducir más contenido social en su mensaje, pero apostilló que “no resulta creíble”. A su juicio, la apelación del monarca a la convivencia “se queda corta y llega bastante tarde”. La secretaria general del PP en la CAV, Amaya Fernández, consideró un acierto que el rey pusiera el acento en “el espíritu de la transición” y que vinculase convivencia con estabilidad.