Gasteiz - Quince días después del duro correctivo a la actuación de la Ertzaintza que supuso la sentencia del caso Cabacas, el jefe de la Policía vasca, Jorge Aldekoa, presentó ayer su renuncia al cargo, una decisión “personal firme” resultado de un “análisis y reflexión profunda” del fallo. Los argumentos de su escrito de renuncia y la determinación con la que estaban expresados llevó a la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, a aceptar su dimisión. Aldekoa, nombrado jefe de la Ertzaintza en diciembre de 2013, era nagusi de la comisaría de Bilbao cuando, el 5 de abril de 2012, se produjo la carga policial que provocó la muerte de Iñigo Cabacas tras ser alcanzado por el disparo de una pelota de goma.

Fuentes del Departamento de Seguridad expresaron a DNA su absoluta sorpresa por esta decisión -“nos ha pillado de sopetón”, dijeron-. Agregaron que “él llevaba tiempo en esa reflexión pero no había llegado a nuestros oídos”. De hecho, Jorge Aldekoa participó en la mañana de ayer en la reunión que los responsables de la Ertzaintza mantienen de forma anual con las Jefaturas de las Policías Locales de Euskadi, en lo que fue su último acto en el ejercicio de su cargo.

La sentencia del caso Cabacas, más allá de condenar al ertzaina con mayor rango durante la actuación frente al callejón de María Díaz de Haro en la que Cabacas resultó herido de muerte, supuso un serio toque de atención a la Policía vasca. Por considerar que su intervención fue desproporcionada, que provocó más problemas de los que en realidad había en el entorno de la herriko taberna y por una investigación posterior que consideró a todas luces insuficiente. En su escrito, Aldekoa afirma que “la sentencia hace referencias explícitas a lo que considera errores, malas praxis, inacciones, etc.”. Añade que, pese a que “no se responsabiliza directamente a nadie, sí interpelan claramente a la organización de la Ertzaintza y del entonces Departamento de Interior”, que dirigía Rodolfo Ares.

El tribunal del caso Cabacas da por supuesto que hubo más agentes que esa noche dispararon pelotas de goma hacia el callejón aparte de los tres únicos que lo admitieron, y apunta en sus consideraciones previas a la responsabilidad de otros mandos a la vista del resultado del dispositivo; algo que ha quedado fuera del proceso judicial por la deficiente investigación interna y las limitaciones que ello impuso en la fase de instrucción. Sin embargo, Jorge Aldekoa se ha echado ahora a un lado por su participación en la actuación que se saldó con la “injusta e inaceptable muerte de Iñigo Cabacas”, según escribe.

Fuentes autorizadas del Departamento de Seguridad afirmaron a este medio que Aldekoa “cree en la institución de la Ertzaintza y como la sentencia la dejaba en entredicho, ha dado este paso”. Una decisión “personal”, insistieron, por su creencia de que la Policía vasca “es un servicio público con estima en la sociedad” y debe seguir siéndolo. Por ello, pese a la no existencia de “responsabilidades penales”, ha concluido que su salida del cargo “va a ser buena para la institución”.

Jorge Aldekoa se retrotrae en su escrito de renuncia al momento de los hechos, abril de 2012, cuando llevaba tan solo unos meses como responsable de la ertzain etxea de Bilbao. Recuerda su intención de “ir adaptando las respuestas de los ertzainas a lo que se intuía como una nueva realidad que esta vez parecía iba a ser definitiva”. ETA anunció el cese definitivo de su actividad el 20 de octubre de 2011, y la pretensión de Aldekoa coincide totalmente con el espíritu que ha impulsado al Departamento de Seguridad durante los dos mandatos de Estefanía Beltrán de Heredia: el de adaptar a la Ertzaintza al nuevo tiempo sin violencia, potenciando su naturaleza de policía de cercanía.

“Desgraciadamente -prosigue Aldekoa-, lo acontecido aquel día dejó en evidencia” que ninguno de los entonces responsables de la Policía vasca “habíamos transitado suficientemente el camino del cambio, repitiéndose el ritual de enfrentamiento al que estábamos acostumbrados”. Todo ello con el conocido resultado de la muerte de Cabacas. Desde el Departamento de Seguridad aludieron a la “dinámica de acción-reacción” propia de una época en la que se producían “provocaciones y enfrentamientos muy a menudo”, y recordaron que ese suceso “aceleró el cambio” en el seno del cuerpo. Efectivamente, cambiaron los protocolos de actuación y se limitó el uso de las escopetas de pelotas de goma a la Brigada Móvil, y en ocasiones contadas.

Servicio de seguridad Aldekoa expresa por último su confianza en que esta decisión “sirva para trasladarle a la ciudadanía vasca todos aquellos valores por los que he trabajado en mi carrera profesional”, sobre todo como jefe del cuerpo policial, entre los que destaca el “compromiso con el servicio de seguridad pública que representamos y se espera de la Ertzaintza”.

Desde el Departamento aseguraron a DNA que aún se desconoce si se nombrará a un sustituto, dado lo imprevisto de la dimisión. Cabe recordar que el cargo de jefe de la Ertzaintza, presente desde siempre en el organigrama del cuerpo, no había sido ocupado hasta el nombramiento de Aldekoa. Dicha designación provocó controversia en su día, a finales de 2013, en la familia Cabacas por el cargo que ocupaba Aldekoa cuando sucedieron los hechos. El veterano agente declaró como testigo durante el juicio, el pasado 17 de octubre.

En un comunicado, la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, calificó por su parte de “fundamental” su aportación y la de su equipo “para la implantación del Plan Estratégico de la Ertzaintza como herramienta de gestión de un modelo policial avanzado y ajustado a las necesidades actuales de la seguridad pública en Euskadi”.