NUEVA YORK. Sánchez ha restado importancia al origen de la presión sobre Delgado, un almuerzo en el que estuvieron ella y el ex comisario, hoy procesado, José Manuel Villarejo, comentando que ahora parece que no se puede comer con nadie.

Aunque ha reconocido que está siendo fuerte la presión de la oposición sobre el Gobierno, por parte del PP y de Ciudadanos, y que la situación es dura, ha dejado claro que el Ejecutivo ya contaba con que afrontaría escenarios difíciles.

En cuanto a las críticas del líder de Podemos, Pablo Iglesias, que también ha pedido la dimisión de Delgado, las ha atribuido a que Iglesias pertenece a otro partido.

El jefe del Ejecutivo se ha expresado así durante una breve conversación informal con los periodistas en la recepción que la Embajada española ante la ONU ha ofrecido a los funcionarios españoles en la organización, con motivo de la Asamblea General. Con todo, ha emplazado a los periodistas a la rueda de prensa que ofrecerá este miércoles.