LONDRES. Las imágenes de los elefantes muertos han sido capturadas mediante un estudio aéreo que ha revelado además los cadáveres de tres rinocerontes blancos. Todos los animales tenían los colmillos arrancados.

"Estoy muy afectado. Es la mayor cacería furtiva de la que haya oído hablar jamás en toda África", ha firmado un resposable de Elefantes Sin Fronteras, Mike Chase, en declaraciones a la cadena británica BBC.

"Si comparamos estas cifras con el Gran Censo de Elefantes de 2015 estaríamos hablando del doble de la mayor cacería ilegal de la que se tiene noticia históricamente", ha añadido. El censo de 2015 estimaba q ue un tercio de los elefantes de África murieron en la última década y que el 60 por ciento de los elefantes de Tanzania se perdieron en solo seis años.

Se estima que unos 130.000 elefantes viven en Botsuana, considerado el último santuario de estos animales. Es uno de los países con una política más restrictiva frente a la caza furtiva y hasta ahora había evitado grandes pérdidas por este motivo. A pesar de que no hay vallas en las fronteras del país, los elefantes decidían permanecer en él y no regresar a otros lugares como Angola, Namibia o Zambia.

Además, cuenta con unidades entrenadas y armadas de lucha contra la caza furtiva. Sin embargo, en mayo el Gobierno decidió desarmar estas unidades por motivos presupuestarios, denuncia Chase. "Los cazadores furtivos miran ahora a Botsuana. Tenemos la mayor población de elefantes del mundo y ahora tienen vía libre", se ha lamentado.