Vitoria - Con la excarcelación de ayer de Santiago Arrospide Sarasola, Santi Potros, se reducen a una quincena los presos de ETA susceptibles de ser acercados próximamente a cárceles vascas. Según los planes del Gobierno de Pedro Sánchez, cumplen las condiciones para ser trasladados en primer lugar los reclusos mayores de 70 años y los enfermos graves. Por tanto, tras la puesta en libertad de Arrospide, son un total de 15 los miembros de la banda que reunirían dichos requisitos.
Con su salida de la cárcel de Topas (Salamanca) tras cumplir una pena de 31 años, Arrospide Sarasola se adelanta a su acercamiento -tiene 70 años, por lo que a buen seguro hubiera sido trasladado a Euskadi-. Por tanto, a día de hoy tan solo quedan en prisión dos reclusos que superen esa edad. Se trata de Joseba Arregi Erostarbe, Fitipaldi, y Sebastián Etxaniz Alkorta, que cumplen condena en Alicante y Asturias, respectivamente. Arregi Erostarbe fue detenido en 1992 en la operación de desarticulación de la cúpula de ETA en Bidart, mientras que Etxaniz Alkorta fue expulsado de Venezuela en 2002.
En cuanto a los enfermos graves, según datos de Etxerat son 13 los presos en esta situación. Entre ellos, nombres como Ibon Fernández de Iradi, Susper; Mikel Otegi Unanue; Josetxo Arizkuren Ruiz, Kantauri; Jesús María Martín Hernando; Mikel Arrieta Llopis; o Ibon Iparragirre Burgoa, este último recluido a día de hoy en el hospital psiquiátrico Aita Menni de Arrasate por sus problemas de salud.
Todo apunta a que estos serán algunos de los primeros reclusos en ser acercados a Euskadi. Sin embargo, el acercamiento no se quedará en los presos enfermos y mayores de 70 años. Según ha revelado el delegado del Gobierno en el País Vasco, Jesús Loza, los traslados continuarán aplicándose a miembros de la banda sin delitos de sangre y que tengan cumplida gran parte de su condena. Loza tampoco descarta que progresivamente la lista pueda ampliarse.
salida tranquila Por su parte, Arrospide Sarasola salió ayer de la prisión de Topas a primera hora de la mañana acompañado por tres familiares y sin hacer declaraciones. El ya exrecluso, vestido con ropa de deporte y una gorra blanca, recorrió con paso tranquilo los doscientos metros que separan la prisión de la salida del recinto, donde saludó a sus allegados. Tras dejar atrás la barrera de entrada al recinto penitenciario, los periodistas hasta allí desplazados rodearon a Arrospide, que declinó responder a las constantes preguntas y eludió transmitir cualquier tipo de mensaje a las víctimas.
Arrospide Sarasola, natural de Lasarte, fue detenido en 1987 en Francia y ha permanecido 13 años en centros penitenciarios galos y otros 18 en cárceles españolas, después de ser extraditado en diciembre del año 2000. Fue condenado a penas que sumaban casi 3.000 años de cárcel por numerosos atentados como el de la plaza de la República Dominicana de Madrid en 1986, en el que fallecieron 12 personas, y el de Hipercor en 1987, que se saldó con 21 víctimas mortales.
En cuanto a las víctimas, mostraron su malestar por la puesta en libertad de Arrospide. La presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, pidió “recordar” a las víctimas de los atentados causados por el etarra y advirtió que deslegitimar política, social y culturalmente a ETA es todavía una tarea pendiente en el País Vasco y en Navarra”. Ordóñez reiteró que es momento “para el recuerdo de las víctimas” e incidió en que “hasta 115 le atribuye la Guardia Civil, aunque como todos los etarras haya sido condenado por muchas menos”
El principal temor de las víctimas son los homenajes de bienvenida que puedan celebrarse, si bien por el momento no hay indicios de la preparación de actos para recibir a Arrospide, que, tras la ruptura del alto el fuego de ETA en 2006 con el atentado en la T-4 de Barajas, se sumó al sector crítico con la banda terrorista.