Vitoria ? Se considera una persona institucional que vibra en la misma onda que todos los Arartekos, no solo del Estado, sino del resto de Europa. “Formamos parte del Instituto Internacional de los ombudsman europeos y mantenemos reuniones donde abordamos aspectos como la protección del menor; estamos también en la Asociación Internacional de los Derechos Lingüísticos de las lenguas minoritarias y tenemos numerosas propuestas para sumarnos a otras redes existentes. Creo que es imprescindible que las instituciones que trabajan en favor de los derechos de las personas no solo se presten ayuda mutua, sino que compartan experiencias y pongan en común reflexiones”, sostiene el ombudsman vasco.
Hace dos años por estas fechas le hice la primera entrevista, el año pasado otra ¿Qué destacaría como novedoso de este curso? ¿O seguimos en la misma tónica general?
?Supongo que yo he cambiado. Entonces era una persona con menos experiencia en la gestión de un organigrama como es, pero alguno de los problemas que seguimos tratando ya existían entonces. Ha habido nuevas problemáticas que han ido apareciendo y se han acentuado problemas como los relativos a los menores extranjeros y la inmigración que entonces apuntaba ya muy fuerte, los refugiados. Ha progresado mucho las mentalidades en los asuntos que nos llegan y la integración de esos nuevos compañeros de viaje.
A tres años vista de su nombramiento. ¿Pensaba que sería así el tránsito por su cargo o creía que iba a tener otras tensiones?
?El puesto no es exactamente como yo me lo había imaginado. Tiene una variedad de ámbitos de actuación muy amplia, lo que exige estar constantemente en una posición de flexibilidad para cambiar de tema, para abordar otros nuevos con nuevos colaboradores. Tampoco pensaba que fuera un trabajo tan movido. En eso tal vez tenga un poco de culpa en el sentido de que mi trayectoria había sido internacional y he intentado imprimir a esta institución un sesgo de relaciones con los Arartekos, los ombudsman de otros países, con las instituciones internacionales. También hemos viajado mucho dentro del propio Estado, donde hemos establecido contactos con los defensores autonómicos. Yo creía que sería un trabajo más de reposo y reflexión y en realidad implica mucha gestión, muchos movimientos, mucho estar presente en muchos sitios. Luego tengo un equipo que es muy activo, con lo cual es un desafío todos los días el hacer frente a todas las problemáticas que me van presentando, en función de las quejas, de los problemas que nos trae la prensa, etc.
Para mi satisfacción, su presencia mediática es templada, nada estridente. ¿Es buena o mala noticia que el Ararteko no sea habitualmente noticia de primera en los periódicos?
?Es bueno. El Ararteko tiene que ser una institución equilibrada que defienda los derechos de la ciudadanía; no está para dar titulares. Primero porque es una institución políticamente neutral con lo cual tengo mucho cuidado para no entrar en polémicas que sean partidarias. Eso contribuye a que el perfil mediático ?que a mi no me disgusta? porque es reflexivo, de persona equilibrada que tiene en cuenta todos los aspectos y problemas antes de pronunciarse. Yo rara vez me pronuncio de manera tajante hasta que no tengamos un conocimiento profundo del tema que surge mediáticamente; es preferible estudiarlo, recoger datos, preguntar, hablar con las administraciones, ver lo que ha ocurrido antes de hacer un pronunciamiento que sería demasiado fácil pero demasiado irresponsable sin tener todos los datos a mano.
¿El grueso de las quejas siguen siendo sanidad, educación, inmigración, vivienda...?
?Sí. La mitad tienen que ver con temas sociales y este año hemos tenido más que el año pasado. Hemos conseguido que el 84% de ellas se resuelvan sin llegar a una resolución judicial o ejecutiva, lo cual es positivo. La interlocución del Ararteko facilita la solución de los problemas. Y por eso cada vez hay más gente que viene a él. En numerosas ocasiones de forma discreta, y sin que salga en los medios de comunicación, se consiguen arreglar muchas cosas intermediando con personas de buena voluntad que están en todas las Administraciones. Se presentan también muchas quejas de vivienda.
¿En qué sentido?
?Tenemos un déficit estructural de vivienda protegida en Euskadi. Se han creado muchas expectativas con la Ley de Vivienda y aunque tengamos un departamento que está siendo muy activo, los plazos de espera para la atribución de un piso de protección oficial o de Alokabide están siendo en ocasiones muy largos. También hemos tenido muchas quejas, unas 500, relacionadas con la Formación Profesional. Y no sé porqué me da que este año también tendremos muchas más.
¿Por qué?
?Porque la FP se percibe ahora como un auténtica oportunidad de encontrar trabajo; hay una demanda fuerte de especialistas y una cierta pelea por las plazas de FP y determinadas opciones hacen que algunas personas se sientan dejadas de lado. Por ejemplo, todas las personas que han perdido su puesto y quieren hacer una educación de adultos para acceder a la FP se encuentran con que quienes tienen prioridad son los que proceden del sistema reglado. Pero que tengamos muchas quejas ?en Educación, Sanidad, Vivienda...?, porque somos un país peleón, tampoco quiere decir que demos siempre la razón a las personas que se quejan. En muchas ocasiones decimos que no tienen razón; investigamos su demanda y vemos que la decisión administrativa está bien tomada y cerramos el expediente.
La RGI es el caballo de batalla permanente. ¿Cree que tendría que instaurarse en todas las comunidades autónomas?
?Yo creo que la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) es una cosa de la que tenemos que enorgullecernos porque ha permitido que en Euskadi la crisis se viva de otra manera. Ha tenido muchas dificultades de gestión; hablamos de una población beneficiaria muy alta para un país pequeño. Pero en general hay que congratularse de que tengamos esta especie de protección colectiva para que cuando no te queda nada sepas que tienes una sociedad que te ampara, a la que sigues perteneciendo, que no te deja caer. Es un mensaje positivo que solo lo tenemos nosotros y Navarra.
La gestión de la RGI es muy intrincada
?Cuesta mucho dinero y tiene una gestión, a nuestro juicio, demasiado complicada. Porque las condiciones, la regulación es dificultosa. Se trata de dar dinero público, que es de todos, entonces exigen requisitos, que hay que comprobarlos y llevan mucho tiempo. Hay cuestiones en las que el Ararteko no está de acuerdo con el modo en que interpreta Lanbide las disposiciones existentes. Existe un proyecto de ley, para reformar la legislación, pero por el momento su tramitación ha sido suspendida.
Desde el punto de vista de los migrantes, ¿qué tipo de quejas recibe? ¿Empadronamiento, papeles, sanidad...?
?Las mayores quejas han sido también sobre la RGI. En esto Euskadi también es única, porque aquí los migrantes cobran la RGI aunque no tengan papeles. Es una manera de favorecer su integración, limitar la delincuencia, evitar enfermedades, otras consecuencias sociales nefastas, la falta de cohesión social. Estas ayudas les ayudan a vivir entre nosotros. También nos hemos preocupado bastante de los refugiados. El tema dependía del Gobierno central que ha aplicado una política muy restrictiva y como consecuencia a Euskadi ha llegado muy poca gente. Igual ahora empiezan a aparecer más casos, pero la potestad de decidir quién tiene o no el estatuto de refugiado, a quién se le expulsa o se queda no es competencia del ejecutivo vasco.
Vamos a los pensionistas. ¿Es un colectivo que recurre al Ararteko con frecuencia? ¿Lo hace para demandar mejores accesos, pensiones de viudedad no reconocidas, listas quirúrgicas más ágiles?
?No son un colectivo que acuda mucho al Ararteko porque saben que las pensiones no dependen del Gobierno Vasco; intentan a través de la RGI mejorar las pensiones para muchas personas. La paradoja es que incluso personas que están trabajando necesiten pedir la RGI para que su salario más esta ayuda llegue a un mínimo. También nos pasa eso con algunos pensionistas que pueden venir a nosotros a quejarse de la gestión o la cuantía de la RGI que se les ha dado; los cómputos, plazos. Asimismo acuden por cuestiones de listas de espera quirúrgicas que no siempre se respetan. Pedimos a Osakidetza que intervenga en los plazos fijados. A algunas personas con dolencia de cadera, que les impiden moverse, habrá que intervenirles en un plazo razonable. Se quejan igualmente por cuestiones de movilidad.
‘Solo’ han matado a 17 mujeres en el año. Sigue habiendo mujeres asesinadas, violadas... ¿Qué acciones se tendrían que poner en defensa de esta mitad de la población?
?En este tema somos particularmente activos. Hemos pedido en el Parlamento que se reforzara el acuerdo interinstitucional porque hay que ir más lejos, más rápido. El plan que se había elaborado en el Estado no está siendo aplicado por falta de medios y de voluntad política. El Ararteko ha demandado al Gobierno Vasco que muestre su liderazgo, porque la sociedad vasca es extremadamente sensible en estos temas; le hemos solicitado que todas las medidas que están previstas y en las que podamos hacer algo, vayamos adelante y no escudarnos en que en el Estado aún no lo han hecho; hay que avanzar. Ademas, cada vez hay más personas conscientes, sobre todo jóvenes, de que hay conductas inaceptables. Existe un rechazo social hacia ciertas conductas, que hace unos años eran toleradas con una cierta indulgencia, que hoy no se admiten. Esa batalla la estamos ganando y nosotros contribuimos con campañas, símbolos para recordar a todo el mundo la prohibición de todo tipo de abuso de relación sexual no consentida.
¿Las instituciones de acogida a mujeres maltratadas funcionan adecuadamente?
?Hemos tenido el caso del centro Bidean de Gipuzkoa donde nos han presentado 15 quejas que nos decían que la atención que se prestaba no era la adecuada. Lo hemos visitado, hemos hablado con todas las personas ? la Diputación nos ha abierto las puertas para realizar el dictamen?. Pero lo que más me preocupa es dar la impresión de que las instituciones no atienden debidamente a una mujer amenazada. En eso teníamos que ser ejemplares. Una mujer amenazada debería sentir el apoyo de la sociedad en el mismo momento que se pone en las manos de las instituciones. Si la atención en esos centros no es buena, es disuasoria. Queremos insistir en que el servicio que se facilite a esas mujeres sea de la máxima calidad.
¿En los alardes de Irun y Hondarribia el camino hacia la igualdad no está siendo demasiado lento? ¿No están burlando la Ley de Igualdad?
?Sí. En Irun se ha normalizado mucho; en lugar de un alarde hay dos y ha entrado dentro de la normalidad, aunque lo deseable es que fuera público, porque es una fiesta popular, y solo hubiera uno donde las mujeres pudieran participar donde quisieran. En Hondarribia el problema está más enquistado y se siguen viviendo momentos de tensión. El Ararteko, como me lo piden, va como apoyo institucional al alarde mixto. Pero no es bonito que en un momento en el que las mujeres adquieren el protagonismo que les corresponde en todos los ámbitos sociales se reproduzca esta especie de reliquia
del pasado; no acarrean el mensaje adecuado.
Hay un runrún social demasiado potente de que las ayudas públicas ?becas de estudios, viviendas...? van todas a los emigrantes? ¿Como Ararteko cree que es cierto o es una leyenda urbana? ¿Ha recibido quejas de autóctonos discriminados? ¿Eso no puede generar una brecha social?
?Creo que no existe una desigualdad de condiciones. Lo que pasa es que las situaciones de la población que vive aquí desde hace mucho son mejores que las de las personas que llegan, la mayoría de las veces huyendo de la pobreza. Gran parte de las ayudas sociales benefician a los mas pobres. ¿Qué ocurre? Que entre los pobres de los más pobres están los que llegan aquí. Es cierto que existe un runrún en la carnicería o en la taberna que dice que gastamos mucho en ellos. En Euskadi están los dos extremos, la gente que protesta porque cree que hay un trato de favor a los extranjeros pobres y luego contamos con una sociedad muy solidaria. Ahí están asociaciones como CEAR, Ongi Etorri Errefuxiatuak, Getxoko bizi laguna... Que se organizan magníficamente con gran compromiso hacia estos colectivos. No se debe minusvalorar el coste que implicaría el no ayudar a esas personas. Al final, en las sociedades si no se logra establecer una forma de cohesión social se generan focos de violencia, lugares donde la policía y los servicios sociales no pueden entrar; focos de epidemias, violencia en las escuelas. No queremos vivir en una sociedad así.
¿Sobre qué instituciones ?Gobierno, diputaciones, ayuntamientos...? reciben más quejas? ¿Cuáles les hacen más caso?
?El 88% de los quejas que recibimos del Gobierno Vasco se arreglan sin llegar a la recomendación, aunque a veces se tarda en dar solución. Por actuaciones, el 65% corresponde al ejecutivo, el 20% a las diputaciones y el 10% a los ayuntamientos. No estamos descontentos; creo que nos hacen bastante caso.
Para concluir, ¿qué grado de conocimiento tiene esta Institución entre la ciudadanía?
?El número de personas que viene directamente al Ararteko es muy alto. En 2017 tuvimos más de 6.000 visitas; aumentamos un 25% el volumen de trabajo pero el presupuesto creció en un 4%. Llevábamos 10 años bajando. Con lo cual no hemos recuperado aún los niveles del 2009. l