El mismo día que tomaba posesión del cargo, Pedro Sánchez se enfrentaba ayer a las primeras dificultades que parten, no ya de su principal rival que es el PP, ni siquiera de los partidos soberanistas catalanes, que, tal como señalaron en la moción de censura, su apoyo “más que un sí a Sánchez es un no a Rajoy”. El primer gran escollo parte de Podemos y sus confluencias y hace referencia a la composición del gobierno socialista tras la era PP. Mientras Margarita Robles insistía en que no habrá ministros de Podemos, desde la formación morada se abogaba por un ejecutivo de concentración.

Cuando el PSOE anunció la presentación de la moción de censura, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, puso sus votos a disposición de Sánchez sin ningún tipo de contrapartida porque -señaló- “lo primero es echar a los corruptos del Gobierno”. Entonces eran pocos los que apostaban por el éxito de la aventura que emprendía el líder socialista. Sin embargo, el jueves, y cuando la moción se veía ganadora con los votos del PNV, Iglesias cambió de discurso y señaló que Podemos siempre ha mostrado su disposición a compartir responsabilidades de poder. En otras palabras, que querían formar parte del Ejecutivo.

Ayer, tras la toma de posesión de Sánchez, fue el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, quien abogó por un gobierno con presencia de miembros de su formación. “Un Gobierno de 84 diputados monocolor del PSOE es más inestable que un Gobierno que incluya a otras fuerzas políticas para afrontar los retos que quedan por delante”, afirmó Echenique en una rueda de prensa en la sede de Podemos. No obstante, el dirigente de Podemos señaló que aunque Sánchez no cuente con ningún miembro de la formación morada para el nuevo Ejecutivo, estarán “abiertos a dialogar” para llegar a acuerdos sobre medidas “progresistas que han sido vetadas por el bloque reaccionario de PP y Ciudadanos”.

En similares términos que Echenique, pero algo más mesurado, se expresó Joan Baldoví, portavoz de Compromís, fuerza que también sumó sus votos a la moción de censura. Baldoví aseguró que no cierran la puerta a entrar en el Gobierno de Pedro Sánchez, si bien subrayó que, de momento, nadie les ha ofrecido “absolutamente nada”. En cualquier caso, advirtió a los socialistas de que tendrán que llegar a acuerdos: “84 diputados es una minoría exigua y no dan para gobernar”.

Llegue o no esa oferta para entrar a formar parte del Ejecutivo -propuesta que el PSOE insiste en que no se va a dar-, Baldoví reiteró la lealtad mostrada por Compromís para configurar un gobierno de progreso, aunque insistó en que “sin acuerdos, el PSOE no podrá gobernar”.

Por su parte, el coodinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, en la bancada de Podemos en el Congreso, mostró su recelo hacia Sánchez ya que aseguró sentirse “escéptico con las promesas del PSOE”.

sin podemos Sin embargo, ante la cascada de propuestas, peticiones o sugerencias, todas ellas con origen en Podemos o sus confluencias, Margarita Robles, portavoz del Grupo Socialista en el Congreso e integrante del núcleo duro de Pedro Sánchez, dejó claro que el nuevo Gobierno será “socialista y en minoría”, y no incluirá a miembros de Podemos. “No, no, no. Creo que ha quedado clara la posición del señor Sánchez. El dijo que iba a hacer un gobierno socialista, un gobierno en minoría”, afirmó en una entrevista en la Cope, en la que rechazó postularse como ministra de Justicia o como vicepresidenta del Ejecutivo, porque “ahora no es lo importante”.

Además, y en cuanto al apoyo de los soberanistas catalanes en la moción de censura, subrayó el “compromiso inequívoco, claro y contundente” de Sánchez con la Constitución y con la aplicación del artículo 155 en Catalunya, que decayó ayer con la toma de posesión del nuevo Govern.