Panmunjom (corea del sur) - La frontera intercoreana, una demarcación caracterizada por la tensión militar, vive marcada estos días por frenéticas obras y preparativos para la cumbre del día 27 entre Moon Jae-in y Kim Jong-un, que se convertirá en el primer líder norcoreano en pisar el Sur. A una semana del histórico encuentro, se vislumbra el trasiego de funcionarios, operarios y camionetas con material de obra en torno a la zona de seguridad conjunta (JSA), el lugar que albergará la primera reunión de mandatarios de las dos Coreas en 11 años.

La JSA, 40 kilómetros al norte de Seúl, es el único punto fronterizo entre ambos países -técnicamente aún en guerra- donde tropas surcoreanas, de EEUU y norcoreanas se ven las caras y, aunque acepta turistas, todas estas visitas se han cancelado durante todo el mes de abril, según confirma a Efe uno de los touroperadores. Seúl y Pyongyang han desvelado hasta el momento escasos detalles sobre el protocolo para la cumbre y el personal militar ahí presente se muestra estricto con respecto a lo que se puede ver o retratar.

De Peace House, el edificio situado en la franja Sur de la JSA que albergará la cumbre, solo se permite observar y fotografiar la fachada exterior. Varios funcionarios que se suponen de la oficina de presidencia o del Ministerio de Unificación surcoreano revisan cuidadosamente el balcón del segundo piso, donde tendrá lugar la reunión. A su vez, la mayor actividad se registra ante la entrada, que está siendo renovada y donde varias personas trabajan con afán usando cintas de medir en lo que parecen los preparativos para colocar una alfombra.

Se desconoce cómo llegará exactamente Kim Jong-un hasta Peace House (si en coche o a pie, por ejemplo), detalle que levanta mucha expectación dado que técnicamente será la primera vez en la historia que un líder norcoreano pisará territorio del Sur. Las mediciones para esa supuesta alfombra que realizan los funcionarios entre Peace House y Freedom House, el primer inmueble al que se accede al cruzar desde el Norte la demarcación militar, hacen pensar que Kim cruzaría a pie la línea y atravesaría caminando ese primer edificio hasta llegar al pabellón donde será la cumbre.

El simbolismo de un puente Del mismo modo, se ha reconstruido y repintado un puente que conecta la zona donde está Peace House con el campamento donde trabajan los oficiales suecos y suizos de la comisión de naciones neutrales que supervisa el armisticio que puso fin a la Guerra de Corea (1950-1953). Esto apunta a la posibilidad de que el almuerzo previsto entre Moon y Kim durante la cumbre tenga lugar en el comedor de este campamento, donde el personal sirve especialidades de Suiza, país en el que Kim Jong-un pasó su adolescencia en un internado.

“La imagen de Kim y Moon cruzando un puente tiene mucha fuerza para los coreanos, que lo verían como una metáfora sobre dos enemigos que deciden dejan atrás el pasado y caminar juntos hacia el futuro”, explicó a Efe un oficial de este campamento de naciones neutrales.

Pero de nuevo es imposible confirmar si paseíllo y almuerzo finalmente tendrán lugar ante el mutismo de militares y funcionarios surcoreanos. La mayoría de detalles que rodearán a la cumbre seguramente acabarán siendo desveladas por las cámaras de televisión el mismo día de la cita, ya que las dos Coreas han acordado retransmitir partes de la reunión en vivo.

Por otro lado, los esfuerzos para remozar y engalanar la JSA contrarreloj contrastan con el despliegue de militares (mayor de lo habitual estos días para reforzar la seguridad de cara la cita), que recuerda que este lugar es la herida aún abierta de una guerra que concluyó con un alto el fuego y no un tratado de paz. Ese ambiente se respira ya solo con acceder desde Corea del Sur a la JSA a través de Camp Bonifas, el acantonamiento del Comando de Naciones Unidas liderado por Washington y Seúl que aún mantiene intacto su lema de la Guerra Fría: “In front of them all” (Encarándolos a todos).

El sitio debe su nombre a uno de los dos oficiales de EEUU asesinados en un grave incidente en la JSA con soldados norcoreanos en 1976 que llevó a Washington a poner a su ejército en nivel de alerta Defcon 3 en preparación para un ataque sobre Corea del Norte que finalmente se logró evitar. De hecho, este incidente obligó también a partir en dos la zona de seguridad conjunta, por donde hasta entonces los soldados de uno y otro lado habían podido circular libremente. Desde entonces, tropas de Sur o Norte ya no pueden atravesar la línea de demarcación militar (MDL), una simbólica divisoria que Kim Jong-un cruzará el próximo 27 de abril en un momento que quedará para los anales de la historia.