gasteiz - Los vascos están satisfechos con su forma de vida. En concreto, la población residente en Euskadi la puntúa con un 7,6. Así lo indica la encuesta de Bienestar Personal que ha elaborado el Instituto Vasco de Estadística, Eustat, a través de una serie de preguntas que miden aspectos de la calidad de vida diferentes de la dimensión material.
El informe, que recoge los datos de 2017, también muestra que la puntuación ha mejorado en cinco décimas desde 2014, cuando la media se situó en 7,1 puntos. No se aprecian diferencias significativas entre mujeres y hombres, pero, a nivel territorial, los mejores resultados los obtienen los residentes en Gipuzkoa (7,7), frente a los habitantes de Araba y Bizkaia (7,5 en ambos casos).
Haritz, residente en Llodio, y Go-tzone, de Gasteiz, aseguran que, a pesar de las diferencias entre provincias, “los datos son positivos”. “En las ciudades está todo más aglomerado, y queda la sociedad más retratada, pero hay más estrés y gente agobiada”, afirman. Ambos creen que el reparto de servicios se centra más en las capitales, mientras que los municipios de su alrededor llegan menos oportunidades. “Estamos contentos con nuestra forma de vida en general, aunque siempre hay algunas cosas que se pueden mejorar, como por ejemplo que sea posible equilibrar más el trabajo y la vida personal, algo muy importante y fundamental”, expresan.
Otro de los datos aportados por la encuesta es que, a medida que empeora la salud o la clase social es inferior, menor es la satisfacción, una tendencia que se repite cuanto más aumenta la edad, pasando de 8,1 entre los jóvenes de 16 a 24 años a 7,2 entre las personas con 65 o más años. Edurne, residente en Algorta, asegura que hoy en día hay muchos aspectos que pueden mejorarse en cuanto a calidad de vida. “Me siento descontenta en general”, afirma, ya que cuenta con un familiar enfermo y atribuye a “una gran falta de derechos de los ciudadanos” el malestar de gran parte de la población. “Deberían ofrecer más ayudas para mejorar nuestras condiciones”, sentencia, una opinión que enlaza con el dato de que tan solo 5,3% de la población confía “mucho” en los poderes públicos, frente al 48,6% que confía “poco”. En todos los grupos poblacionales los poderes públicos suspenden, excepto en el de las personas nacidas en el extranjero y en el de las pertenecientes a una clase social alta o media-alta, con un 5,4 y 5,0 respectivamente.
La valoración de la vida propia alcanza un promedio de un 8, cuatro décimas más que en 2014 y es calificada de “alta” por el 68,3% de la población, frente al 3,1% que la considera “baja”. “Una de las condiciones principales para una buena calidad de vida es el tiempo libre, aunque en mi caso tengo poco”, explica Lourdes, trabajadora en una residencia de ancianos”.
salud y ánimo El indicador de Estado de ánimo, cuya media para el total de la población alcanza un 6,3 (dos décimas menos que en 2014), obtiene el valor más bajo entre las personas con salud mala (5,1) y el más alto entre las que declaran tenerla muy buena (6,6). A nivel territorial, las personas residentes en Bizkaia son las que peor puntuación han otorgado a esta pregunta, con un 6,2, frente a las residentes en Araba y Gipuzkoa, cuyas medias alcanzan 6,4 y 6,3 respectivamente. En cuanto al lugar de nacimiento, son las nacidas en el extranjero (6,0), las que se sienten menos animadas. Destaca que las mejores notas las aportan los hombres, con un 6,5, -las mujeres un 6,1- y, por edades, las personas entre 35 y 49 años (6,2) se sienten peor que las menores de 34 (6,4) y que las mayores de 50 (6,3).
Adolfo, residente en Bilbao, le parecen bajos estos datos, ya que para él “vivimos en un lugar con mucho ambiente, hay trabajo y una buena sanidad, oferta de actividades y bastante seguridad para ser una ciudad grande”. “Yo no cambiaría casi nada, estoy muy satisfecho con mi forma de vida”, asegura, porque para él, “como aquí no se vive en ningún sitio”.
En los datos aportados por Eustat, no se aprecian diferencias significativas entre hombres y mujeres, pero a nivel territorial los mejores resultados los obtienen los residentes en Gipuzkoa, con un 7,7, frente a los habitantes de Araba y Bizkaia, con un 7,5.
Actividad. La valoran más las personas ocupadas (8,2), frente a las paradas e inactivas (7,8 en ambos casos).
Relaciones personales. Su valoración aumenta a medida que crece el nivel de instrucción o sube la clase social, situándose entre 7,2 y 7,8 puntos.
Vivienda y entorno. La media es de 7,4, pero los mejores resultados se obtienen entre las personas que pertenecen a una clase social alta o media-alta (7,9).