BRUSELAS - Jordi Sànchez optará el próximo viernes, en un pleno que arrancará a las 10.00 horas en el Parlament, a convertirse en president de la Generalitat. Aunque difícilmente podrá serlo esa jornada, tanto JxCat como ERC confían en que pueda serlo el domingo gracias a la delegación de voto o renuncia al escaño del exconseller Toni Comín, exiliado en Bélgica, en tanto que el independentismo cuenta con el sufragio delegado de Carles Puigdemont. Así lo corroboró ayer el presidente de la Cámara, Roger Torrent, que también envió un escrito al Tribunal Supremo donde reclama las medidas cautelares necesarias para que quien fuera máximo dirigente de la Asamblea Nacional Catalana, actualmente encarcelado en Soto del Real, pueda asistir al pleno. Junto a esta solicitud le remitió la convocatoria de la sesión parlamentaria, la propuesta de Sànchez como candidato y la resolución del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas del pasado 23 de marzo, que insta a España a “tomar las medidas necesarias” para garantizar los derechos políticos del aspirante a regir el Govern.

En el escrito, Torrent avisa de que “la concesión de las medidas cautelares por parte del Comité de Derechos Humanos de la ONU implica una obligación” por parte de “todos los poderes del Estado”, de manera que este dictamen “exige que se habiliten los mecanismos necesarios para que el diputado Jordi Sànchez pueda someterse al debate de investidura”. Igualmente, advierte de que en el caso de que el Supremo no se avenga a permitir su investidura “se estaría produciendo un daño irreparable a los derechos políticos del diputado”, por lo que “el Estado estaría incumpliendo sus obligaciones internacionales”.

La confianza en JxCat y ERC es total, y aunque no se ha cursado todavía la petición en el caso del exconseller de Salut, ambos partidos la dan por hecha después de que el juez de Bélgica decretara su libertad bajo medidas cautelares, mismo caso que en el de Puigdemont. Aunque la oposición llevará la delegación de voto ante el TC, en el PPC creen que podría tener poco éxito puesto que el propio Gobierno español ve poco margen para que prospere un recurso en este sentido. Por tanto, de permitirse por el Supremo y de contar con la delegación del voto de Comín, la investidura de Sànchez saldrá adelante en segunda votación, donde no se necesita mayoría absoluta, contando con las cuatro abstenciones de la CUP. En todo caso, desde JxCat ya han advertido de que la investidura del reo sería simplemente provisional hasta lograr la primera opción: la investidura de Puigdemont.

Ayer mismo el exvicepresident Oriol Junqueras aseguró que configurar un Govern tiene que ser una prioridad ahora mismo para el independentismo: “Eso es lo que quiere la inmensa mayoría de gente en Cataluña”. En una entrevista a El Confidencial, exigió que el debate sobre quién debe liderar este Ejecutivo no sea un freno a que este Ejecutivo catalán esté definido cuanto antes y se pueda recuperar el funcionamiento de la Generalitat. “No es un tema de personas y no debe serlo. Es un proyecto común de una mayoría de catalanes. Por encima de nombres y de siglas”, zanjó el republicano. El abstencionismo de la CUP sigue intacto, aunque el diputado anticapitalista Carles Riera afirmó que votarían a Puigdemont aunque no se presente un programa de gobierno republicano ya que primaría la consideración de que sería “un acto de confrontación con el Estado, y después ya discutiríamos, y mucho, sobre el programa.