Nueva York/ El Cairo - El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ayer finalmente una resolución que demanda una tregua de 30 días en toda Siria con el fin de facilitar el suministro de ayuda humanitaria y las evacuaciones de heridos y enfermos. La decisión llega tras varias jornadas de intensas negociaciones en las que Rusia -aliado del Gobierno sirio y que de entrada se oponía a la iniciativa- respaldó finalmente un texto de compromiso, que salió adelante con el apoyo unánime de los quince Estados miembros.
Pero llega también en una semana en la que se han sufrido intensos ataques aéreos, de artillería y con misiles que ha provocado al menos 510 muertos, entre ellos 127 menores, en la región de Guta Oriental, el principal bastión opositor a las afueras de Damasco, según el último recuento del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La resolución, impulsada ayer por Suecia y Kuwait, “demanda” a todas las partes del conflicto un alto el fuego humanitario de al menos 30 días en la totalidad del territorio sirio. Sin embargo, la tregua autorizará que continúen las operaciones militares contra grupos considerados terroristas por la ONU, incluidos el Estado Islámico (EI) o el Frente al Nusra.
El Consejo de Seguridad ordena que, una vez que el cese de las hostilidades sea efectivo, todas las partes permitan el acceso seguro de convoyes humanitarios de Naciones Unidas y sus socios a cualquier punto necesitado de ayuda. Además, exige que se facilite la entrada de personal sanitario para atender a heridos y enfermos y que se autorice a la ONU a llevar a cabo evacuaciones médicas cuando sea necesario.
Por su parte, Estados Unidos criticó ayer con dureza a Rusia por “retrasar” durante días la adopción de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada hoy, para demandar una tregua humanitaria en Siria. “Cada minuto que el Consejo esperó por Rusia, el sufrimiento humano aumentó”, dijo la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, inmediatamente después de la aprobación del texto. Haley celebró el llamamiento al cese de hostilidades acordado ayer, pero insistió en que la decisión “llega tarde”. “En los tres días que tardamos en acordar esta resolución, ¿cuántas madres han perdido a sus hijos?”, se preguntó la diplomática estadounidense. Aseguró también que los otros catorce miembros del Consejo de Seguridad estaban listos para aprobar una resolución prácticamente igual el pasado miércoles, pero Moscú se negó.
Según subrayó, el texto que Rusia finalmente respaldó ayer apenas cambia en “unas palabras y unas comas”, por lo que no había verdaderos motivos para retrasar su adopción. La embajadora estadounidense insistió en que ahora es fundamental garantizar que el Gobierno sirio cumpla con la tregua humanitaria de 30 días y, especialmente, que detenga sus ataques sobre el enclave opositor de Guta Oriental, a las afueras de Damasco. Asimismo, confió además en que la aprobación de la resolución sea “un punto de inflexión” que lleve a Rusia a sumarse a Occidente para tratar de poner fin a la guerra.
Mientras el acuerdo del Consejo de Seguridad de la ONU pospuesto hasta ayer sábado llegaba a su unanimidad los ataques continuaron sobre las poblaciones de Duma, Harasta, Zamalka, Beit Saua y Al Shifunia, donde al menos 32 civiles, de ellos ocho niños y ocho mujeres, perdieron la vida en bombardeos de aviones de guerra , en una jornada en la que también fueron blanco de los ataques las localidades de Otaya, Al Mashabiya, Hush al Dauahra y Kafr Batna.
De las muertes registradas ayer, al menos doce se produjeron en Duma, la mayor ciudad de Guta Oriental, área ubicada al noreste de la capital siria y que está controlada en un 30 por ciento por las facciones rebeldes, principalmente el Ejército del Islam y la Legión de la Misericordia, según el Observatorio.
La ONG, que dispone de una amplia red de activistas sobre el terreno, contabilizó además más de 2.300 heridos en los pasados seis días de ataques atribuidos a las aviaciones de guerra siria y rusa y la artillería del Ejército gubernamental.
La Defensa Civil Siria, que lleva a cabo labores de rescate en zonas fuera del control del Gobierno, según indicó en la red social Twitter que sus equipos están “trabajando incesantemente para evacuar a los civiles heridos, en medio de una gran destrucción causada por los ataques aéreos a áreas residenciales por parte de los aviones de Rusia y el régimen sirio en la ciudad de Duma ayer”.
Situación dramática Los heridos sufren la escasez de suministros médicos, debido al bloqueo impuesto sobre Guta Oriental por las fuerzas gubernamentales desde hace años y, en los últimos seis días, diez centros médicos han quedado fuera de servicio o con sus capacidades reducidas tras ser blanco de ataques.
El Observatorio denunció la dramática situación de los servicios sanitarios en el interior de Guta Oriental, donde solo hay un médico especialista en cirugía vascular y neurocirugía y un ginecólogo y donde faltan otras muchas especialidades.
No están disponibles muchos medicamentos esenciales, como antibióticos y compuestos para bajar la fiebre, así como material de primeros auxilios.
Además de la violencia, los habitantes de Guta Oriental -unos 400.000, según la ONU- padecen hambre por la carestía de productos, desde que el pasado miércoles los comercios cerraron sus puertas, y los precios de los víveres son muy elevados.
Debido a la escasez de bienes básicos, en semanas anteriores el kilo de azúcar llegó a las 2.400 libras sirias (casi 6 dólares), el trigo a 1.600 libras (3 dólares), el arroz a 2.600 (5 dólares) y la harina alcanzó las 3.000 libras (5,8 dólares), mientras que un litro de gasolina cuesta hasta 21 dólares, según el Observatorio.
Muchos de los residentes dependen de las ayudas de las ONG que aún operan en Guta Oriental o acuden a las cocinas de las facciones armadas para asegurarse una comida al día, pero los civiles temen salir de sus hogares por el impacto de las bombas, misiles y proyectiles de artillería.
Uno de los habitantes de Guta Oriental dijo al Observatorio que “quien no muere por los misiles, proyectiles y bombardeos del régimen o por los ataques rusos, lo hace de hambre”. Por su parte, la Sociedad Médica Siria Americana (SAMS, en sus siglas en inglés) aseguró en su página web que la situación empeora cada día. “Además de los continuos bombardeos de hospitales e infraestructuras civiles, el precio de los alimentos se ha disparado, el combustibles es escaso y los suministros médicos son pocos”, recalcó. - Efe