Vitoria - La búsqueda de un nuevo estatus de autogobierno para Euskadi acaba de comenzar, y ya ha saltado a los titulares de la prensa madrileña y las declaraciones de los líderes estatales. Al PNV le sorprenden algunas valoraciones, y cree que son de trazo grueso y no se corresponden con el espíritu de las propuestas que se han planteado en el Parlamento Vasco. También el lehendakari se mostró preocupado ayer por estos primeros análisis en caliente. Los jeltzales son conscientes de que en algún momento tendrán que darle la vuelta a la opinión de los partidos estatales, porque el estatus que acuerden los grupos vascos tendrá que tramitarse también en el Congreso de los Diputados.
Para el PNV, la crisis catalana y el ascenso de Ciudadanos están provocando un rebrote del “espíritu del Cid Campeador”. Ciudadanos, además, comenzó a presionar ayer contra el nuevo estatus vasco y lo comparó con el procés. Es una incógnita la incidencia que podrá tener su posición en un momento en que Mariano Rajoy depende de la formación naranja para asegurar la estabilidad de su legislatura, y puede verse condicionado por su discurso porque compiten por el mismo espacio electoral. Por el momento, el presidente español no descalifica la propuesta del PNV. Consciente de que necesita su respaldo para aprobar los Presupuestos, ayer se limitó a decir que los partidos deben hacer un esfuerzo por construir y deben atenerse a los procedimientos legales y, aunque recordó que todo el mundo sabe que él no va a permitir el derecho a decidir, añadió que los jeltzales son “personas que cumplen sus compromisos”. Sus declaraciones en un foro de ABC fueron las más templadas que se escucharon ayer por boca de un líder estatal.
El PNV espera que el clima se sosiegue en unos meses y, sobre todo, que Madrid valore y tenga en consideración que Euskadi no está planteando un proceso de ruptura, sino de permanencia en el Estado bajo ciertas condiciones y con una relación bilateral “en la que todos estemos a gusto”. El presidente de la ejecutiva jeltzale, Andoni Ortuzar, defendió ayer en una entrevista concedida a Onda Vasca que la propuesta del PNV “es realista, tiene base legal, no rompe”. “Lo que quiere hacer es fortalecer los vínculos desde el reconocimiento mutuo y desde una relación bilateral en la que todos estemos a gusto”, recalcó. El PNV presentó el miércoles en la Ponencia de Autogobierno una propuesta que no renuncia al derecho a decidir, pero lo plantea en una clave legal y constitucional amparándose en los derechos históricos. Esos derechos los reconoce la propia Constitución española y facultan a Euskadi a actualizar su autogobierno. Además, propone una nueva relación con el Estado que blinde las competencias vascas.
Ortuzar explicó que el PNV propone articular un sistema de garantías “para que se cumpla lo que se acuerde y, además, se cumpla de manera reglada, sin que esté sujeto a la voluntad ni de ellos ni de nosotros”. “En ese sistema de garantías, nosotros también asumimos una relación estable con el Estado español. Los que están en la caverna madrileña no se dan cuenta de cuál es la virtualidad que tiene esta oferta, la nuestra e, incluso, el planteamiento que ha hecho la propia izquierda abertzale. Tienen que valorar que nadie ha puesto encima de la mesa un proceso de ruptura. Hemos puesto un proceso de permanencia, de permanencia en unas determinadas condiciones en el Estado español”, insistió.
EH Bildu, por su parte, presionó al PNV por el flanco opuesto. Aunque recibió con buenas vibraciones su documento, ayer le afeó que no incluya “abiertamente” el derecho a decidir y la consulta. “Abogaremos para que en el texto articulado aparezcan tanto uno como otro”, dijo Pello Urizar a Radio Euskadi. Ortuzar, por su parte, se felicitó por que “la izquierda aber-tzale, 40 años después, ha venido a asumir las bondades de la vía estatutaria que combatieron por todos los medios”. “Que estén tranquilos, que el PNV no va a dar pasos atrás, pero que se preocupen ellos un poco de los pasos adelante que tienen que seguir dando”, dijo.