madrid - Ricardo Costa acudió ayer a la Audiencia Nacional con una bomba de relojería bajo el brazo. El que fuera secretario general del PP de la Comunidad Valenciana relató ante el juez del caso Gürtel el sistema que habría utilizado su partido para sufragar actos de campaña y que le habría permitido acudir dopado a las elecciones municipales y autonómicas de 2007, donde Francisco Camps logró la mayoría absoluta; y también a las elecciones generales de 2008. Costa perfiló un modelo dirigido por el mismísimo Camps que, según su versión, consistía en encargar los actos electorales a la empresa Orange Market, liderada por Álvaro Pérez, El Bigotes, y en endosar parte de los gastos a los empresarios que conseguían adjudicaciones con el Gobierno valenciano. Parte de los actos se pagaba con dinero en efectivo de esos empresarios. “Es cierto que el PPCV se financiaba con dinero negro”, remató. Desde Madrid encuadraron estas declaraciones en una mera estrategia de defensa para rebajar la condena.

Hasta ahora, esta versión la habían respaldado nueve empresarios acusados y tres líderes de Gürtel (el cabecilla Francisco Correa, Pablo Crespo y El Bigotes). La trascendencia de la declaración de Costa radica en que, en esta ocasión, ha sido un antiguo responsable del PP valenciano y estrecho colaborador de Camps quien ha admitido estos presuntos manejos. Costa apuntó directamente a Camps como responsable de tomar las “decisiones más importantes” sobre las campañas o, incluso, se refirió a él como un organizador “compulsivo” de actos electorales. La confesión llegaría tarde en términos jurídicos porque el caso habría prescrito para Camps, ya que el delito electoral caduca en cinco años. Con ello, se esfuma en parte la posibilidad de que Camps se viera acorralado y tirase de la manta apuntando hacia niveles superiores en la sede central de Madrid.

Sin embargo, el juicio puede tener consecuencias en el ámbito político. La oposición volvió a dirigir su mirada hacia el presidente español, Mariano Rajoy, preguntándose si conocía estos manejos en su condición de presidente del PP estatal, o si ocurrieron a sus espaldas y no sería capaz de gobernar a su propio partido. En ese sentido, Costa relató ayer que, antes de la campaña, cuando le mostraron los primeros sobres con dinero en efectivo, se quedó “tan preocupado” con el proceder de la formación a nivel valenciano que se desplazó a la sede del PP en Madrid para consultarle sus dudas al extesorero Luis Bárcenas. El exresponsable de las finanzas del partido concluyó que esas prácticas estaban “prohibidas” y que serían un “Filesa II”, en alusión al caso que afectó al PSOE. Este relato fue suficiente para que bulleran las especulaciones sobre si Bárcenas informó a Rajoy o se guardó para sí mismo las confidencias de Costa.

Rajoy ha tratado de marcar distancias con este caso y ayer llegó a asegurar que no sabe si Camps sigue militando en el PP. “Probablemente, sí”, terminó diciendo. En una entrevista en Onda Cero antes de conocerse la declaración, dijo que nadie le contó nada y que, en cualquier caso, él no está “en esos temas”, el argumento recurrente del presidente español para asegurar que el PP es un partido con gran presencia institucional y no es posible estar al tanto de los detalles en cada municipio. Las confesiones de Costa y el caso Púnica en Madrid provocaron ayer que Ciudadanos, crecido por su victoria electoral en Catalunya, diera por suspendida la negociación de los Presupuestos estatales con Rajoy. Ajeno a esta polémica, a un eventual sorpasso de Ciudadanos y al batacazo electoral de su partido en Catalunya, Rajoy anunció ayer que intentará optar a un tercer mandato en el Gobierno español. Camps, por su parte, negó todas las acusaciones.

acto de rajoy Costa se declaró arrepentido en su declaración ante el juez y pidió perdón a la sociedad. El acusado, que se enfrenta a una petición fiscal de siete años y nueve meses de prisión por tres delitos electorales y uno de falsedad en documento mercantil (salvo que se rebaje la condena por su confesión), aseguró que fue Camps quien decidió contratar a Orange Market, una empresa vinculada a la trama Gürtel. Orange Market se encargó de celebrar los actos de campaña de las elecciones autonómicas y municipales de 2007, y las generales de 2008. Esas campañas, siempre según el relato de Costa, se financiaron por dos vías: las subvenciones públicas que reciben todos los partidos con representación parlamentaria, y las “aportaciones en efectivo de empresarios que tenían adjudicaciones con el Gobierno valenciano”. Esas aportaciones de los empresarios estarían destinadas a amortiguar la abultada deuda que había contraído el PPCV con Orange Market.

Según Costa, fue Camps quien instauró el sistema y dio la orden de contratar con Orange Market. El expresidente valenciano, junto con el expresidente de las Cortes Valencianas Juan Cotino, ordenó al PPCV que se financiase “con dinero negro” para poder pagar los actos. Según los informes dela Fiscalía Anticorrupción, el PPCV pagó a Orange Market 3,4 millones de euros en actos electorales y otros eventos. Por las campañas electorales, el PPCV pagó 2,03 millones, de los cuales 1,2 fueron endosados a los empresarios.

Costa llegó a referirse al acto de la plaza de toros de Valencia de 2008, con Mariano Rajoy como candidato a la Moncloa. Según dijo Costa, el acto lo organizó el PP estatal, pero Camps añadió complementos como fuegos artificiales, una banda de música o pantallas.

El exsecretario general del partido a nivel valenciano aseguró que tuvo conocimiento de este sistema en 2005, y que en 2007 el exvicepresidente autonómico Víctor Campos le enseñó los primeros sobres con dinero en efectivo. Fue entonces cuando acudió a consultar a Bárcenas y el extesorero le informó de que todo aquello estaba prohibido. Costa reconoció ayer que no hizo nada por impedir los manejos y pidió perdón. Una vez terminada la campaña de 2007, El Bigotes le comunicó que el PP había contraído una deuda de un millón de euros con Orange Market y, alarmado por la ausencia de fondos para hacer frente a esos pagos, Costa acudió a Campos, quien al cabo de unos meses le comunicó que ya disponía de “algo de dinero en efectivo de los empresarios”. Según añadió Costa, Campos sufría tanta presión por la gestión de estas irregularidades que sufrió un infarto y dejó la política. El sistema continuó, según su versión, con la nueva vicepresidencia de Vicente Rambla.

Rambla, para quien la fiscal pide seis años y medio de cárcel, negó su participación en los hechos. “Después de todo eso volví a mi trabajo de inspector de Hacienda y no quiero saber nada que tenga que ver con la política”, zanjó. Según dijo, la verdadera clave es Costa, el “embudo por el que pasaba todo”.

c’s congela relaciones El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y su portavoz en el Congreso, Juan Carlos Girauta, apretaron ayer las tuercas al PP tras conocer la declaración de Costa. Girauta criticó que Rajoy pretenda poner tierra de por medio con Camps y Costa cuando fueron su “principal apoyo” en el Congreso que el partido celebró en 2008, un cónclave difícil para Rajoy por la contestación interna que estaba recibiendo dentro del partido.

Rivera se refirió a la senadora del PP Bilar Barreiro, investigada en el caso Púnica, y exigió que deje el escaño o sea expulsada del partido. “Nosotros congelamos cualquier relación o negociación de cualquier tema y acuerdo con el PP hasta que esta señora se marche”, avisaron desde Ciudadanos, en un momento en que el Gobierno español está buscando apoyos para presentar su proyecto de Presupuestos. En algunos ámbitos se especula con una prórroga, también propiciada por la crisis catalana.

Álvaro Pérez, ‘El Bigotes’. Era el responsable de Orange Market, la empresa que llevaba los actos electorales del PPCV en 2007. Según Costa, el PPCV endosaba parte de los gastos a empresas adjudicatarias del Gobierno valenciano.

Luis Bárcenas. Costa asegura que viajó a Madrid para consultar al entonces tesorero Luis Bárcenas cuando vio los sobres con dinero. Bárcenas dijo que eran prácticas “prohibidas”.

Víctor Campos. Según Costa, el exvicepresidente Víctor Campos le enseñó sobres con dinero. Cuando contrajeron la deuda con Orange Market, Campos recabó “algo de dinero en efectivo de empresarios”.