Bruselas - La Unión Europea y el Reino Unido no lograron ayer concluir la primera fase de la negociación del Brexit, pese a que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y la primera ministra británica, Theresa May, afirmaron haber llegado a un “entendimiento común” en muchos asuntos. “Pese a nuestros mejores esfuerzos y al significativo progreso que nuestros equipos han alcanzado en los últimas días sobre los tres asuntos principales, no ha sido posible llegar a un acuerdo completo hoy”, dijo Juncker en una rueda de prensa tras un almuerzo de trabajo con May.

El encuentro, que duró prácticamente cuatro horas, no sirvió como trampolín para sellar un deseado acuerdo en los asuntos de la primera fase de la negociación -la factura del divorcio, los derechos de los ciudadanos y la futura frontera en la isla de Irlanda-, aunque Juncker y May coincidieron en señalar el progreso alcanzado en los últimos días.

“Ambas partes hemos estado trabajando duro, con buena fe y negociando duro, se ha hecho mucho progreso y en muchos temas hay entendimiento común”, afirmó May.

En la misma línea, Juncker señaló que quedan “dos o tres” temas “abiertos para la discusión”, que requerirán “más consultas, más negociación y más debate”, que son precisamente los temas básicos y transcendentales para acabar la fase.

Ambos líderes se declararon “preparados” para iniciar una nueva ronda de negociaciones en Bruselas a finales de esta semana, aunque fuentes comunitarias indicaron que los detalles de esta reunión aún no están confirmados.

Pese a los edulcorados mensajes de Juncker y May, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, dijo ayer estar “sorprendido” y “decepcionado” por que el Gobierno británico y la UE no hayan logrado un acuerdo sobre la primera fase de las conversaciones del Brexit. El jefe del Ejecutivo de Dublín dijo que esperaba que ambas partes hubiesen resuelto ayer las cuestiones pendientes en la primera fase de conversaciones, entre ellas, el futuro del frontera norirlandesa. Varadkar quiere un compromiso de Londres para que la frontera se mantenga tan abierta como sea posible tras el Brexit, antes de pasar en diciembre a la siguiente ronda de conversaciones, cuando se abordará la relación comercial entre el Reino Unido y la UE.

En ese aspecto, la alta representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Federica Mogherini, preguntada sobre la situación del Reino Unido cuando deje la Unión, hizo ayer hincapié en que la UE no “reabrirá” ninguno de los acuerdos comerciales que mantiene con otros países o regiones en el mundo tras el Brexit. “Sólo puedo ahondar en las normas básicas que tiene la UE. En primer lugar, por el momento la UE tiene 28 miembros”, indicó Mogherini en una rueda de prensa junto a la ministra de Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland. La jefa de la diplomacia comunitaria destacó que, “para el futuro, los acuerdos que tenemos son válidos en el territorio de la UE”. “Incluso después de que el Brexit haya pasado, eso no implica para el lado europeo la reapertura de nada, porque los tratados y acuerdos que mantiene la UE con socios en el mundo se aplican en el territorio de la UE”, concluyó.

días decisivos Los próximos diez días se antojan claves para que ambas partes avancen en las negociaciones de los asuntos de la primera fase, de cara a que los jefes de Estado y Gobierno de los Veintisiete puedan dar luz verde al inicio de la segunda fase el próximo 15 de diciembre, en la jornada de la cumbre europea dedicada al Brexit. Esta segunda parte de las negociaciones versará sobre el periodo de transición de la salida y la futura relación entre la UE y el Reino Unido, incluyendo la posibilidad de un acuerdo de libre comercio entre ambos bloques.

Uno de los asuntos más candentes de la negociación es la futura frontera que se creará entre Irlanda del Norte, que se irá de la UE con el resto del Reino Unido, y la República de Irlanda, que permanecerá entre los Veintisiete.

La cadena pública irlandesa RTE informó ayer de un principio de acuerdo en el que se mantendrían las reglas del mercado único y la unión aduanera en toda la isla de Irlanda tras la salida del Reino Unido de la UE. Sin embargo, el Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, socio de gobierno de May, rechazó de plano esta posibilidad y aseguró que no aceptará que la región tenga “divergencias reguladoras”, porque esa opción, dijo, le “separaría” del resto del país.

Ni Juncker ni May hicieron referencia a esta propuesta durante su breve comparecencia, tras la que no aceptaron preguntas.