Vitoria - El acuerdo fiscal entre PNV, PSE y PP se hace de rogar. Aunque existen algunas dificultades relacionadas con la insistencia de los populares en rebajar el IRPF, en este momento la principal dificultad no radica en esa revisión, y ni siquiera en la reforma fiscal en sí misma, sino en los Presupuestos de la Diputación de Araba. PNV y PSE, socios en el Gobierno Vasco y en buena parte de las instituciones autonómicas, están replanteando la reforma fiscal que pactaron hace unas semanas para atraer al PP a la negociación de los Presupuestos vascos, y también para generar un clima favorable al acuerdo en otras instituciones donde jeltzales y socialistas no tienen mayoría absoluta, como en las Juntas de Araba. No se pretende un apoyo automático del PP ni un cambio de cromos, pero sí que exista una actitud más posibilista y proclive a la estabilidad presupuestaria que los tres partidos loaron en su nota de prensa pactada el pasado viernes. Esa es la premisa que no se estaría cumpliendo por parte del PP en Araba y que está comprometiendo la revisión fiscal, que ya no tendría sentido si no sirve para generar un nuevo clima; y también compromete todo el paquete del acuerdo, incluido el de los Presupuestos vascos.
El PP dio muestras ayer de encarcer su apoyo en las Juntas alavesas. El presidente del PP de Araba, Iñaki Oyarzábal, avisó a Europa Press de que el acuerdo con el diputado general, Ramiro González, está lejos y muy verde. Ese mismo día, los tres partidos mantenían una reunión técnica sobre la reforma fiscal que se saldó sin un acuerdo. Hoy será el día decisivo. El PP no ha ocultado su deseo de influir en la reforma para poder proyectar su influencia en la rebaja del Impuesto de Sociedades, una cuestión estratégica en su discurso. PNV y PSE plantearon como gesto político una rebaja en el tipo nominal del 28% actual al 24%, pero ese pacto quedaría en el aire si no se cumple la premisa de la estabilidad presupuestaria.
Todo apuntaba a que el pacto fiscal se iba a producir ayer mismo, tal y como auguró públicamente la socialista Idoia Mendia. No obstante, las conversaciones se alargaron. El PP había avisado en las últimas jornadas a este periódico de que no negociaría más que la reforma fiscal y las Cuentas vascas, pero no las alavesas, que a su juicio deben discutirse en un ámbito diferenciado, aunque la reforma fiscal se va a tramitar en las Juntas y condiciona los ingresos territoriales. Esta discrepancia, en vista de las declaraciones de Oyarzábal, no ha logrado limarse en las últimas horas, y el resultado es que no ha podido firmarse aún un pacto fiscal.
Los populares, por otro lado, volvieron a defender una rebaja en el IRPF. Quieren mantener viva unas horas más esta reivindicación y explorar alguna vía intermedia o un compromiso a futuro para acomodar esta propuesta. El PP propone retoques que supondrían una rebaja en la presión fiscal, con cambios en algunos tramos y ampliando las deducciones para familias con niños y ancianos a su cargo. PNV y PSE ven innecesario tocar este impuesto y quieren limitar la revisión fiscal a la rebaja en el tipo nominal de Sociedades, aunque la mesa de diálogo no se va a romper por ese flanco.
Aunque los plazos comienzan a apretar y mañana expira el tiempo para registrar enmiendas a la totalidad de los Presupuestos vascos, se espera que haya acuerdo. El presidente del PP de la comunidad autónoma, Alfonso Alonso, recalcó ayer que su intención es llegar a un acuerdo porque se han aceptado sus “condiciones” sobre Sociedades, su reivindicación por excelencia, pero añadió que el documento debe incoporar una “perspectiva” sobre el impuesto de la renta, lo que puede apuntar a una solución más indefinida o gradual.
allanar los presupuestos Está previsto que el eventual pacto fiscal y el sentido de voto del PP a los Presupuestos se anuncien al mismo tiempo. “Son cuestiones que nosotros mismos hemos vinculado”, explican fuentes populares. Eso sí, no habrá foto de la firma del documento ni convocatoria a los medios de comunicación para escenificar ese apretón de manos. La renuncia del PP a presentar una enmienda a la totalidad será suficiente para aprobar las Cuentas.
PNV y PSE, socios en el Gobierno Vasco y en buena parte de las instituciones vascas, han replanteado la reforma fiscal que pactaron hace unas semanas para atraer al PP y propiciar que dé su apoyo a las Cuentas vascas. Su principal gesto ha sido la rebaja del tipo nominal de Sociedades. El impuesto quedaría un punto por debajo del Estado, lo que va más allá de la exigencia del propio PP. En el caso de las pymes, bajaría al 20%.
Alonso mostró ayer su satisfacción en un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum en Madrid, codo con codo con Mariano Rajoy. No disimuló su interés en presentar al PP como un partido que contribuye a la estabilidad, ni tampoco su satisfacción por la rebaja de Sociedades. Son dos factores clave que pueden decantar hoy la posición del PP. Alonso habló de su partido como “fuente de estabilidad para fortalecer el crecimiento económico y situarse como referencia de integración y convivencia en Euskadi”. “Somos una garantía de estabilidad, que impide que en el País Vasco vayamos a otro tipo de aventuras”, dijo. Aplaudió los cambios en Sociedades, pero añadió que “es importante también introducir cambios que permitan aliviar la presión fiscal sobre las rentas medias y bajas”. “Debe incorporarse una perspectiva para el impuesto de la renta”, zanjó.
Si hay acuerdo con el PP, se prevé que el Impuesto de Sociedades quede tal y como lo han reformulado PNV y PSE. El PP no se opone al endurecimiento de las deducciones (por pérdidas e I+D+i) ni al incremento del tipo mínimo efectivo, que se han establecido como compensación para que la recaudación no caiga.