Gotemburgo (Suecia) - El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dio ayer un ultimátum a Londres para que haga progresos respecto a la factura del divorcio y la frontera física con Irlanda si quiere empezar a negociar la segunda fase del Brexit. “Para evitar ambigüedades con el calendario, le he dejado claro a la primera ministra británica, Theresa May, que los progresos deben llegar como tarde a principios de diciembre”, afirmó Tusk al término de la cumbre social en Gotemburgo, en la que el presidente del Consejo y May mantuvieron una reunión bilateral.
La Unión Europea (UE) está dispuesta a pasar a la segunda fase de las negociaciones del Brexit sobre las futuras relaciones entre el bloque y Londres solo si hay suficientes progresos en materias como la factura del divorcio, la frontera con Irlanda y los derechos de los trabajadores. De los tres capítulos, la UE solamente considera que ha habido progresos suficientes en el capítulo de los ciudadanos y empleados, explicó Tusk. Preguntado sobre las últimas declaraciones del ministro del Reino Unido para el Brexit, David Davis, quien señaló que la pelota sigue en el tejado del club comunitario, el presidente del Consejo Europeo se limitó a decir que el representante británico “tiene mucho sentido del humor”. Al término de la cumbre, en declaraciones a la prensa, May, quien mantuvo encuentros bilaterales con Tusk y con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, lanzó el mensaje de que conviene “avanzar juntos” hacia el punto en el que se pueda declarar un progreso suficiente y sea posible empezar a estudiar la futura asociación “profunda, especial y exhaustiva” entre Londres y los Veintisiete.
“Estamos de acuerdo en que se ha logrado un buen progreso, se debe hacer más, pero somos claros y yo soy clara en que lo que necesitamos es avanzar juntos y, de esa forma, podemos asegurar que conseguiremos el mejor acuerdo para el Reino Unido y la Unión Europea”, dijo también May.
May habla de los “progresos” Según indicó un portavoz de Downing Street en un comunicado, Tusk y May hablaron sobre los “progresos” logrados hasta el momento en las conversaciones entre Bruselas y Londres relacionadas con los derechos de los ciudadanos, Irlanda del Norte y el acuerdo financiero, los temas de la primera fase de negociación de la marcha británica de la Unión. “La primera ministra May y el presidente Tusk estuvieron de acuerdo en que hay más trabajo por hacer y hablaron sobre cómo dar más pasos adelante juntos antes del Consejo Europeo de diciembre”, precisó el portavoz.
Los jefes de Estado y de Gobierno de los Estados miembros que seguirán en el club comunitario tras la salida británica decidirán en la próxima cumbre europea del 14 y 15 de diciembre si se han logrado suficientes progresos en la primera etapa y se puede comenzar a negociar la futura relación entre ambas partes.
Con el presidente francés, la primera ministra mantuvo un encuentro “constructivo” en el que los dos dialogaron sobre los avances logrados hasta el momento y también esperaron seguir progresando antes del Consejo Europeo de diciembre.
“El presidente Macron y la primera ministra también trataron sobre la fuerte relación bilateral existente entre Francia y el Reino Unido, y esperaron desarrollarla todavía más en los próximos meses y años”, declaró el portavoz. Al término de la cumbre, Macron dijo que su posición sobre el Brexit no ha cambiado y que mientras la primera fase de negociaciones no esté cerrada no se abrirá “la negociación posterior”.
“Mientras estos tres temas no se solucionen no podremos ir hacia la siguiente fase de negociación”, afirmó el presidente francés, quien esperó que los negociadores “obtengan un feliz resultado en las negociaciones en curso para que en el mes de diciembre”, como han previsto los Veintisiete líderes restantes de la Unión Europea, “empezar las negociaciones sobre la relación futura”.
Para Francia, agregó, “no cambiará el proceso de decisión y no abriremos la negociación posterior hasta que las negociaciones fijadas para la primera fase no estén claras”, concluyó. Respecto a la agenda social, afirmó que el Reino Unido sería un buen socio de la UE “para lograr” los objetivos.
Frente al euroescepticismo En ese sentido, los líderes de la UE ensalzaron ayer los estándares sociales que forman parte de la identidad comunitaria para hacer frente al euroescepticismo y los efectos que temen que provoque la coincidencia de la salida del Reino Unido con las elecciones europeas de 2019.
En una cumbre impulsada por Suecia, que ejerció de anfitriona, y la Comisión Europea (CE), los líderes proclamaron en Gotemburgo el llamado “pilar social”, una compilación de principios laborales y de igualdad que, aseguran, son “estándares europeos”, aunque sin desarrollo concreto ni normas vinculantes derivadas, lo que levantó críticas no solo de los sindicatos.
El propio presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, reclamó que no se tome la firma del “pilar social” como un documento de simples buenas intenciones y se ponga en marcha cuanto antes su aplicación porque la UE “se juega su credibilidad”. “Ahora que soplan vientos de recuperación económica es momento de cuidar las políticas sociales”, señaló Juncker. - Efe