vitoria - La Ponencia sobre Memoria y Convivencia redactará a partir del miércoles su primer gran acuerdo de la legislatura. Los partidos darán forma en los próximos días a un documento de mínimos sobre las víctimas, una tarea que nunca es sencilla del todo por la batalla terminológica que suele producirse en estos debates. Sin embargo, los grupos que forman parte de este foro del Parlamento Vasco (PNV, EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PSE) están de acuerdo en reparar a todos los damnificados, hayan sido afectados por el terrorismo o los abusos policiales. Solo el PP discrepa, pero no participa en la ponencia por decisión propia. Estos cuatro grupos, además, van a abordar la negociación con el impulso del clima de concordia y el consenso escenificado en las celebraciones del Día de la Memoria del viernes pasado donde, nuevamente, solo el PP se desmarcó.

El miércoles escucharán las cuatro últimas comparecencias de víctimas y, al término de la sesión, la presidenta de la ponencia, la jeltzale Ana Oregi, encargará dos tareas a los grupos. Por un lado, tendrán que ir redactando un documento de conclusiones, con la vocación de ponerlo en común con el resto de partidos y consensuar un texto entre todos. No se descarta que la propia Ana Oregi se encargue de realizar ese ejercicio de síntesis sobre las víctimas. No hay un plazo límite para hacerlo. Por otro lado, los partidos tendrán que ir pensando y acordar a qué tema deben hincar el diente tras la discusión sobre las víctimas. Los grupos fijaron un guion con cuatro ejes de trabajo (víctimas, memoria, política penitenciaria, y derechos humanos y convivencia), pero no acordaron un orden más allá de empezar por los damnificados. El reto ahora es elegir cuál de esas cuestiones debe abordarse de inmediato tras las víctimas, una decisión que encierra carga política porque supone fijar las prioridades de la discusión.

Por el momento, los trabajos de la ponencia han avanzado con mayor fluidez, normalidad y consenso de lo esperado. La pasada legislatura, el foro parlamentario apenas pudo comenzar los debates y quedó inoperativo por el abandono del PSE y sus reservas sobre las intenciones de la izquierda abertzale. En esta ocasión, también se produjeron conatos de tensión en un momento muy preliminar, cuando EH Bildu exigió que los trabajos comenzaran con los presos enfermos y la dispersión, al entender que su situación era la más urgente por ser la única vulneración de derechos que seguiría vigente. Sin embargo, a puerta cerrada, los grupos acordaron finalmente empezar por las víctimas y lo hicieron por unanimidad.

La intención generalizada es evitar el enfrentamiento y no romper la baraja del acuerdo. No obstante, hay varias incógnitas en el horizonte a la hora de negociar el acuerdo sobre las víctimas. La principal novedad en esta legislatura la ha marcado la comparecencia de un expreso que padeció la dispersión. Unai González cumplió pena en Teruel por pertenencia a Jarrai, y perdió a su suegra en un accidente de tráfico cuando acudía a visitarlo a la cárcel. Es una de las 16 personas que la izquierda abertzale quiere reconocer como víctimas mortales de la dispersión. Es un asunto crucial para ese sector político, y durante el propio Día de la Memoria, hace tan solo tres jornadas y en puertas de abordar la negociación del documento sobre las víctimas, escenificó su respaldo a Etxerat en su concentración en Gasteiz.

La comparecencia de Unai González en la ponencia se introdujo a petición de EH Bildu, pero no suscitó demasiada controversia entre los grupos políticos (salvo el PP, que no participa en el foro parlamentario), y también fue recibida con normalidad por una víctima de ETA que compartió turno con el expreso en la ponencia. Rosa Lluch, hija del exministro socialista Ernest Lluch, aclaró a los medios de comunicación que no se había sentido incomodada por su presencia porque ella es víctima de ETA y él “es víctima de otra historia, y aquí, si tenemos que hablar de dolor y de sufrimiento, todos los sufrimientos y todos los dolores valen”.

Todos los partidos de la ponencia están de acuerdo en cambiar la política aplicada a los presos, pero la dificultad puede radicar en cómo introducir el asunto de los afectados por la dispersión, en qué plano y en qué nivel, en un documento que alude a las víctimas del terrorismo y la violencia. Es un debate muy delicado para buena parte de los grupos. Otro debate es el de los crímenes no reivindicados por ETA, como el de Humberto Fouz, para quien su familia va a pedir gestos a favor de su esclarecimiento.

injusticia del daño Además, se desconoce qué presencia van a tener términos como la deslegitimación del terrorismo y la violencia, el reconocimiento de la injusticia del daño padecido por las víctimas, y la constatación de que nunca debería haber sucedido. Son afirmaciones de uso corriente en el PNV, Elkarrekin Podemos y el PSE, pero a la izquierda abertzale le parecen abdicar de su trayectoria histórica. En cualquier caso, la deslegitimación de la violencia es un debate que entronca también con otro punto del guion de la ponencia, el de la memoria, de manera que podría retomarse más adelante.

Se espera que la imagen de consenso vivida el viernes en el Día de la Memoria pueda actuar como palanca para el acuerdo. En esa jornada, PNV, EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PSE recordaron a las víctimas del terrorismo y la violencia, y coincidieron en afear su ausencia al PP. Los populares se desmarcaron, incluso, del acto del Instituto Gogora, al que sí acudieron, por el contrario, Jone Goirizelaia y Julen Arzuaga.